¿Cómo se llega a Nunca Jamás? - Síndrome de Peter Pan
- Psic. Laura Pérez
- 5 may 2016
- 2 Min. de lectura

Hui de casa…
Una noche mis padres hablaban
de lo que yo iba a ser
cuando me convirtiera en hombre,
así que escape
y conocí a Campanita, mi hada…
En el País de Nunca Jamás hay muchas sirenas, indios, piratas,
jamás tendrás que preocuparte por cosas de adultos…
Esta es una frase que dice Peter Pan a Wendy antes de emprender el viaje a Nunca Jamás, pero al parecer Peter no es el único que no quiere crecer. El Psicólogo norteamericano Dan Kiley denominó Síndrome de Peter Pan a las personas que presentan rasgos característicos de este entrañable personaje; que regularmente dice, son varones.
Estos adultos se caracterizan porque no quieren crecer, o madurar, es decir son personas a quienes se le dificulta admitir responsabilidades, parece que no quieren dejar la casa de los padres, desean seguir siendo hijos, por lo tanto no quieren ser papás o vivir en pareja o asumir un papel laboral que se espera de ellos en esta etapa de la vida. Regularmente son hombres mayores de 30 años y visualizan el compromiso como una coartada a su libertad.

En muchas ocasiones llegan a terapia acusados por sus esposas o parejas quienes refieren que no se comprometen en la relación, en los roles que esta exige, ni como compañeros, ni como padres de sus hijos, o bien, los padres preocupados por la inmadurez de sus hijos van solicitando ayuda. Aunque estas acciones parezcan llamadas de auxilio son un indicativo del comportamiento de estos hombres, es decir siguen sin hacerse cargo de sus problemas y los padres aun quieren seguir resolviéndoles, o bien las parejas se convierten en esta versión de segundas madres.
Regularmente son hombres encantadores, seductores, con buen humor, casi siempre tienen relaciones superficiales, pues recordemos que son inmaduros, el problema está cuando se requiere dar seriedad a un problema en este momento huyen de la responsabilidad.
Son narcisistas, prácticamente piensan sólo en ellos y en satisfacer sus propias necesidades. Aunque parecen felices regularmente atrás de esta aparente frescura son personas emocionalmente inseguras, necesitan de la protección de alguien, regularmente se sienten solos y poco realizados. Tienen baja autoestima y poca tolerancia a la frustración.

Si te identificaste con algunas de esta características, tal vez sea un buen momento para dejar Nunca Jamás y vivir una nueva aventura, La Tierra de la Adultez, no es tan siniestra como probablemente imaginas.
Establecer compromisos, te fortalecerá emocionalmente. Asumir responsabilidades no te quita libertad. El ser productivo y comprometerte con tu trabajo, te hará sentir realizado y exitoso. No significa olvidar a tu niño interior, a fin de cuentas tu Tierra de Nunca Jamás siempre estará ahí en tu corazón y tu recuerdo para cuando necesites regresar. Madurar también se trata de ser feliz y disfrutar esta etapa de nuestra vida, pues cada momento tiene un significado especial y hay que vivirla en plenitud.