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Escribirle a la cigüeña


 

Si estás pensando en escribir a la cigüeña pero no sabes si es el mejor momento, relájate, probablemente nunca lo sabrás, y no con ello digo que te avientes al más puro estilo del “Borras”; es decir sin pensarlo, ya que no hay un momento ideal para tener un bebé, pues todos los momentos pueden ser ideales.


Ya sea sola o en pareja, muchas personas coinciden en que desean tener un bebé cuando su estabilidad económica se los permita, necesitan una casa, una camioneta tipo mamá móvil, un árbol para columpio y hasta un perro. También están las piensan en consolidar su carrera profesional, posicionarse el en empleo de sus sueños y entonces veremos, dicen. Muchas otras creen que lo adecuado será cuando hayan cumplido algunos de sus planes como pareja por ejemplo viajar o divertirse. Todos estos argumentos son válidos, sin embargo debes estar bien claro en lo que quieres y darte cuenta si esto que dices no es una respuesta a tu miedo de convertirte en papá o mamá; o bien, qué tan dispuesto estás en dejar tu estilo de vida que hasta ahora llevas, para responsabilizarte de un hijo. Puedes preguntarte si el poder concretar estos planes en realidad te da la preparación suficiente para ser papá o mamá.


También debes tener en cuenta el reloj biológico en el caso de las mujeres. En la década de los 20´ las mujeres son más fértiles, con mayor energía y paciencia, pero en esta edad, probablemente, aún no ha concretado sus planes profesionales e incluso no han terminado su preparación académica.


A los 30´ es una buena edad biológicamente para las mujeres, aunque muchas empiezan a postergar la maternidad porque se junta con el desarrollo profesional. Muchas mujeres en la década de los 40´ toman la decisión, pues se sienten estables económicamente y maduras emocionalmente, aunque en esta edad los riesgos en las complicaciones del embarazo aumentan, o bien, los defectos congénitos para el bebé. Los bebés sin duda son hermosos, están diseñados para causar ternura, querer cargarlos y es muy probable que el ver a un bebé o tener uno de cerca despierte tu instinto maternal o paternal. Considera que, si bien es cierto que son bellísimos, no siempre están de buen humor, a veces les duele algo o tiene alguna molestia y lo expresan con llanto, así que tienes que ser paciente y empático, los que tenemos hijos decimos que nunca volvimos a dormir igual que antes. La vida sexual de las parejas también sufre modificaciones, pues hay que adaptarse a los horarios del pequeño y muchas veces los padres están tan cansados, que para lo único que quieren la cama es para dormir.


En general el estilo de vida sufre cambios importantes, desde la lista del súper, hasta incluso tus amistades, pues si eres el más fiestero tal vez con bebé baje tu ritmo de vida social, aunque sea en un principio. La vida profesional también cambia, muchas veces por voluntad propia y otras por que desafortunadamente las empresas aún siguen con prácticas retrógradas en las que segregan a las madres sobre todo y deciden que no pueden otorgarles una promoción en su puesto ya que su maternidad puede interferir en su responsabilidad en el trabajo.

El tener un hijo es para toda la vida, los hijos deseados llenan la vida de los padres, sucede el milagro de la creación, seguramente has escuchado a muchos papás decir que el amor de un hijo es incondicional y es porque seguramente así lo sienten. El momento ideal será ese en el que cada quien, ya sea sola o en pareja, decida que es el mejor para ellos.

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