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7 señales de que eres un adulto


 

Si bien es cierto que ser adulto es cuestión de edad, por ejemplo en cuestiones legales en nuestro país se es adulto a partir de los 18 años, aunque en otros países la edad oficial sea a los 21.


Se supone que a esta edad las personas adquieren cierta madurez como para hacerse cargo de su vida en varios sentidos. Aunque en la realidad no siempre sucede así. Diversos estudios han estimado que existe un período de tiempo extra al de la adolescencia, antes de asumir roles de adulto y entrar de lleno a esta etapa; a este período se le ha denominado: adolescencia tardía.


Los factores pueden ser muchos: nuestra cultura, los estilos de crianza, el ritmo de vida, las oportunidades económicas así como profesionales, pueden ser causas de que los adultos jóvenes no logren una total independencia. En ciudades como la de México, la vida en general suele ser cara y no congruente con los sueldos que la gente percibe, es por ello que muchos adultos viven en la casa materna, incluso cuando han empezado a formar su familia.


La vida sin duda te va llevando por distintos caminos y un día te encuentras ahí…viernes en la noche disfrutando de una serie, en lugar de una noche de fiesta y piensas ¿será que ya soy u adulto? A continuación te describo los 7 puntos que te ayudarán a saber si ese momento de la vida ha llegado:


1. Responsabilidades. Desde que somos pequeños todo el mundo parece insistir con este tema, los padres, los maestros y hasta en la televisión se habla de la importancia de la responsabilidad. Pero en la adultez realmente lo tomamos en serio y el ciclo se repite, ahora somos nosotros los que insistimos a los niños en el valor de la responsabilidad. Te das cuenta que eres responsable cuando sólo faltas al trabajo el día que realmente lo amerita. Si tomas unas copas de más, pides taxi, en lugar de exponer tu vida o la de los demás, por poner algunos ejemplos.


2. Compromisos. Si tú eras el mil amores o te daba igual besar sapos que príncipes, es decir si lo que te importaba era pasar un buen rato, disfrutar una buena compañía y aplicabas esa frase de “no la quiero para casarme con ella (él)”. En la adultez seguro si buscas algún compromiso más serio, alguien con quien compartir tu vida, formar una familia y tener un proyecto de vida.


3. Independencia económica. Este punto es muy importante. En esta etapa ya puedes pagar tus cuentas, obtener créditos y piensas en mejorar tu calidad de vida. Si bien es cierto que el dinero no compra la felicidad, si puedes pagar unas vacaciones que bien mereces.

4. Preocupación por la salud. Seguramente cuando eras un niño te llevaba tu mamá arrastrando al dentista, pediatra, etc. Ahora puede ser que tú mismo sugieras a tu médico algunos estudios para checar tu estado de salud, más vale prevenir. No sólo porque no se te ocurre en que gastar tu dinero, pero en esta etapa también comienzas las pláticas con…a mí nunca...se me había subido la presión, me había dado gastritis, colitis, me habían prohibido alimentos, bueno los del súper hasta venden productos acordes a la edad, como leches para personas de cuarenta y tantos!!!


5. Te vuelves más hogareño. Cuando eras más joven, esperabas el viernes para empezar la fiesta. Ahora lo esperas para llegar a casita a cenar, ver pelis u otras cosas. Si se te ocurre la grandiosa idea de enfiestarte como años anteriores, tardarás en recuperarte como tres días y si tienes hijos pequeños se encargarán de hacerte decir “no lo vuelvo a hacer” cuando a las 7 de la mañana en sábado exijan los lleves a desayunar, andar en bici, etc.


6. Añoras épocas pasadas. Esto sucede mucho en las reuniones de amigos de la infancia o de la prepa. Cuando comienzan a recordar “te acuerdas cuando…”. O bien les platicas a tus hijos de cosa que existían cuando eras joven y parece clase de historia, como escuchábamos discos de acetatos y así.


7. Eres más seguro. Esta característica es una de las más favorables, pues al madurar, te permites cosas como expresar tus sentimientos o emociones sin tanto miedo a que van a decir de ti. El tener seguridad económica, estabilidad emocional, te permite vivir más pleno y feliz. Así como valorar más la vida y las personas a tu alrededor.



Ser o convertirse en adulto significa muchas cosas: adquieres madurez, responsabilidades, compromisos, sin dejar de lado que también adquieres peso, canas, líneas de expresión, etc. Pero calma, no todo es tan aterrador como parece, pues entrar o estar en esta etapa no quiere decir que dejes de ser tú mismo, de divertirte, ser feliz y vivir pleno.

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