Under Pressure
“Every day begins with an act of courage and hope: getting out of bed” Mason Cooley
La manera más fácil de volverse loca es tratar de darle gusto a todo mundo, ceder ante la presión social de cumplir con todo y con todos. Desafortunadamente las mujeres están mucho más expuestas a estas presiones sociales y a más de una –supongo – le gustaría de vez en cuando hacer catarsis diciéndole al mundo: “no he ido al gimnasio porque no tengo ganas ¿…y? “no me he casado porque no quiero” ¿…y? “ya pasé de los 30 y aún encuentro al amor de mi vida y no tengo prisa” ¿…y? “no quiero tener hijos, no me veo siendo una buena madre, prefiero viajar y dedicarme a mi carrera profesional” ¿…y? “soy madre y estoy feliz cuidando a mis hijos y no me interesa ni tengo la necesidad de estar metida en una oficina” ¿…y? Seguramente se les ocurrirán muchas mas frases que podrían ilustrar situaciones donde, por no cumplir con las expectativas sociales, se hacen acreedoras a la crítica de las demás personas. Conozco a muy pocas mujeres a las que estas presiones se les resbalan, literalmente, y no les importa pero a la mayoría, aunque no lo demuestren, les importa demasiado y es el origen de muchos malestares no sólo físicos sino emocionales. Curiosamente las mujeres son las principales y más feroces críticas de ellas mismas pudiendo ser empáticas se convierten en el juez mas duro.
¿Cómo no sentirse culpable por no ser todo lo que l@s demás esperan que tú seas? Antes de responder esa pregunta es necesario introducir un elemento que explica todo lo que vendrá a continuación y es: la necesidad de reconocimiento – en todos los ámbitos – esto nos lleva a obtenerlo a cualquier precio. Cuando se junta el hambre con las ganas de comer ya saben en qué termina… en este caso si se junta la necesidad de reconocimiento y la presión social el resultado, muchas veces, es desastroso como, por ejemplo, relaciones de pareja o laborales donde hay abuso, maltrato de por medio, relaciones tóxicas que destruyen en lugar de construir, relaciones donde al final lo que queda es el mismo vacío aumentado, codependencia, sentimientos de minusvalía y empobrecimiento emocional. ¿Qué hacer al respecto? es importante recordar que:
Irte de algunos lugares es cuidarte.
Alejarte de algunas personas es protegerte.
Cerrar algunas puertas es quererte.
¿Y si empiezas por hacerte caso a ti? Por consentirte, por cuidarte, por hacer lo que tú realmente quieres hacer y no lo que todos los demás esperan que hagas, al fin de cuentas tú eres la única que esta en tus propios zapatos y nadie más puede vivir tu vida. Me gustaría terminar con una frase de Pablo Neruda: “Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontraras a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas”. Las personas se animan a hacer cambios en su vida cuando tienen el corazón roto, cuando se sienten rebasadas por la situación o cuando están abiertas y dispuestas a recibir la ayuda. ¿y tú… estas lista?