Versiones del padre
“El asunto es que la sumatoria de estos hechos - copular con una mujer, que ella lleve en su vientre algo durante cierto tiempo, que ese producto termine siendo eyectado - jamás logrará constituir la noción de qué es ser padre. Ni siquiera hablo de todo el haz cultural implicado en el término ser padre, hablo sencillamente de qué es ser padre en el sentido de procrear” Lacan, J.
Estamos próximos a celebrar el día del padre y en el marco de esta celebración es que quiero hablarles hoy de algunas reflexiones referentes al mismo. ¿Cómo abordar el tema del padre? ¿De qué padre hablaremos? ¿Del Sr. que vive en nuestra casa? ¿Del que nos encontramos todos los días y lo queremos o lo enfrentamos o no desearíamos verlo más? ¿Del padre vivo o del padre muerto? Cuándo hablamos o queremos hablar del padre ¿A cuál nos referimos? ¿Al de la infancia, al de nuestra juventud, al que retomamos después de ser nosotros mismos padres? Al criticado, al perdonado, al amado, al odiado ¿De cuál padre? ¿Del padre que nos liberamos o del padre al que nos sometimos, del padre al que osamos sobrepasar o de aquel al que le permitimos sumisamente que marcara nuestro destino? Podemos hablar también del padre que logra ocupar su lugar y evitar que el hijo o la hija cargue la pesada lápida de ser lo que no es y de tener un papel que no le corresponde o del padre que cede toda la educación a la madre convirtiéndose en un mueble más de la casa. No importa al padre que escojamos, lo fundamental será ¿Cuál de estos padres es el que se implica en la estructuración del sujeto psíquico? Esto nos permitirá explicarnos la caída en picada de la autoridad que en los últimos 30 o 40 años en los cuáles pasó del padre de la voz gruesa y la mirada que imponía, al que nos muestran las series de televisión. Del padre que conducía la barca con mano firme, pasamos a aquél que le tiembla la mano, cuando tiene que mostrar su autoridad y tomar decisiones, una prueba de esto es la existencia de publicaciones con títulos como: “Madre solo hay una… papás hasta en el mercado” -se los juro que si existe- Lo que es un hecho innegable es que el padre es la primera persona en el mundo que nos reconoce, que nos da un lugar, que nos escoge al decir eres mi hij@. La cuestión del padre así como el amor son una cuestión de fe. Nadie puede asistir a su propia concepción para dar fe de ello, es algo imposible de demostrar. La falla en este saber posibilita que se trate de dar consistencia a esa verdad, al ser-padre. Tomemos aquí la afirmación de Philippe Julien quien al hablar del pater familiasromano nos comunica lo siguiente: “Lo que define al ser padre no es la coacción de la sangre sino el acto de un amo que toma posesión de un niño y declara públicamente: yo soy su padre. La paternidad es autorreferencial, como todo acto de amo”.[1] ¿Hacia dónde voy con todo esto? Intento decirte que, aunque desconozco cómo sea la relación con tu padre, puedas entenderla un poco más y tal vez incluso hasta mejorarla. ¿Cómo? Integrando lo bueno y lo malo que para ti represente. Tendid@ sobre el diván, el psicoanálisis puede dejarte una gran enseñanza sobre la relación con tu padre. La deconstrucción – definida como el desmontaje de un concepto o de una construcción intelectual por medio de su análisis, mostrando así contradicciones y ambigüedades - es una herramienta fundamental para trabajar analítica y terapéuticamente la relación con tu padre – vivo o muerto, cualquiera que sea su versión - sintiéndote confundid@, frustrad@, enojad@, decepcionad@, orgullos@ y afortunado de tener un padre o… de no tenerlo. Si aún tienes la fortuna de tener a tu padre, celébralo, festéjalo y reconócelo – aún cuando el no lo haya hecho - por todo lo que te ha dado o justamente por todo lo que no te ha dado, en ambos casos a ese señor le debes la mitad de lo que eres y también de lo que no eres, a TU PADRE.
[1] Julien, Philippe. El manto de Noé. Alianza Estudio, 1993. Pág. 20