Guerra sucia entre papá y mamá
Cuando una relación comienza se dice que todo es miel sobre hojuelas, se bajan la luna y las estrellas y viven felices para siempre…es decir hasta que el divorcio los separe entonces es ahora cuando la guerra comienza, por los bienes materiales y por los hijos también. Tristemente muchos padres son capaces de poner a los hijos en contra del otro progenitor, afectando la relación parental. La manipulación que se ejerce en un hijo contra alguno de sus padres se le conoce como Alienación Parental, según los expertos esta es una forma de maltrato en los menores.
Al conjunto de síntomas que son causados por la manipulación de un padre con un hijo que incluyen negativamente en el pensamiento del pequeño en contra del otro progenitor se le conoce como Síndrome de Alienación Parental (SAP). Algunos de estos síntomas son:
Rechazo a convivir con alguno de sus padres, por manipulación del otro.
Miedo u odio hacia el progenitor, causado por el otro padre.
Formar alianza con el padre alineador en contra del otro.
Testificar en contra del progenitor incluso mentir acerca de maltrato o abuso.
Síntomas de ansiedad.
Comportamiento agresivo con otros niños.
Conductas autodestructivas.
Depresión infantil o juvenil.
Bajo desempeño escolar.
Conductas regresivas.
De por sí enfrentar el proceso de divorcio es una situación difícil para los involucrados, pero para un hijo puede ser aún más difícil cuando presencia pleitos o recibe información de desprestigio hacia alguno de sus padres, se le pone en una situación delicada y no sabe qué postura tomar, pues el niño seguramente ama a sus dos padres y en los conflictos entre ellos no debería tomar partido. Las afectaciones emocionales pueden ser muchas, generar ansiedad, depresión e incluso causa de suicido infantil o juvenil.
Conductas de los padres alienadores
Es común que el progenitor que se siente dolido o traicionado, considere la necesidad de tener aliados en contra del otro, muchas veces esta situación incluso es inconsciente en verdad cree que tiene el derecho sobre sus hijos y que estos se deban unir a su causa como especie de justicia hacia el otro. Las principales conductas que toman estos padres con sus hijos son:
Evitar la convivencia entre padre e hijo. Es común que cuando le toque convivir con el otro progenitor, el alineador argumente que tienen compromisos, que se encuentra enfermo o manipule al pequeño haciéndolo sentir culpable y victimizándose usan frases como –¿me vas a abandonar?, yo estaré muy triste si te vas con papá o mamá. De tal forma que generan rechazo o sentimientos de culpa en el pequeño.
Dar información explicita de las causas de separación (siempre culpando al otro). Con tal de victimizarse comunican al menor información innecesaria para al hijo como –la zorra de tu madre nos dejó porque quería andar de... ó –tu padre me engañaba con cualquier vieja… Lo único que generan estos padres es fomentar el odio y el resentimiento de los hijos hacia el otro o bien alterar su estado emocional, pues probablemente para un niño manejar esta información sea muy difícil y desagradable.
Manipular al menor, cuestionando el amor del otro progenitor. Los padres y madres alienadores usan argumentos para desvalorizar el amor del otro, por ejemplo: tu papá o mamá se fue a vivir a otra casa porque no te quiere, o porque prefiere a su nueva pareja y a sus otros hijos, etc. El hijo se siente confundido y no amado, lo que provoca problemas de culpa, pues constantemente se pregunta si fue algo que hizo mal, también tiene como consecuencia problemas de baja autoestima.
Fomentar las conductas de rechazo. A menudo los menores están muy confundidos y temen al abandono, pues si los padres han manejado la separación como un tema de abandono y no como un acuerdo entre ellos, es común que los hijos piensen que si alguno de los padres se ha ido es probable que el otro también lo haga, así que toma partido por uno rechazando al otro siendo grosero y esta conducta es reforzada por el padre alienador.
El síndrome de Alienación parental ha tomado tales dimensiones que ha sido necesario modificar las leyes con tal de prevenir las consecuencias por las afectaciones de los pequeños que lo padecen. Y en algunas ocasiones después de probarse que alguno de los padres ha puesto al menor en contra del otro, por medio de evaluaciones psicológicas, el juez decide retirar la guarda y custodia o modificar los términos de convivencia. La separación es un proceso difícil para todos los miembros de la familia y es perfectamente entendible que las parejas resulten afectadas, más si las causas son infidelidad o violencia, lo que puede generar sentimientos de enojo y resentimiento contra el otro, el dolor puede llevar a la ira y hacer que las personas actúen desde estos sentimientos negativos y muchas veces afecten a los hijos, que son ajenos a los pleitos de los padres. Es por ello la importancia de recibir apoyo de profesionales como un abogado en el proceso legal y un psicólogo para el emocional. De esta forma se podrá enfrentar mejor la situación, expresar el sentir en forma sana, sin afectar a los demás y ser un apoyo para los hijos que también viven la separación de los padres.