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Apariencias


GUARDAR APARIENCIAS

 

Me gustaría empezar poniendo unas situaciones y haciendo unas preguntas. Si en alguna ocasión ves a una persona y dices, “Ese hombre me parece una persona amable”, se acercan, platican y empiezas a conocerlo y descubres que de amable no tiene nada. ¿Quién es el responsable de la “equivocación”? ¿Tú por haber emitido un juicio anticipado o él por dar una fachada engañosa? En una ocasión de adolescente un poco asustada y curiosa por saber qué pensaban mis padres de mi, un amigo cercano me alcanzó a decir, que los padres saben todo de sus hijos, pero hacen como que no. En algunas ocasiones porque les dan la libertad de tomar sus propias decisiones, pero muchas de las veces me parece que obedece a que saben cosas que no quieren saber. ¿Quién aparenta? ¿Los hijos o los padres? Al observar, coloquialmente se habla de apariencias, en relación a como una persona se esmera en representarse de una y otra manera ante los demás, para algún propósito provechoso, al parecer, al menos para el que la ejecuta. Por ejemplo la persona que lucha por aparentar éxito, la que busca aparentar gustarle su trabajo, aparentar madurez, fortaleza, amor por otra persona, siempre con el objetivo de generar en el otro una ‘experiencia’ determinada. Si seguimos en esta línea, a este tipo de actitudes, se les rechaza, por ser falsas y manipuladoras, hasta se le ha dedicado una buena parte de las expresiones culturales a exponer estos dramas. En la psicología, uno de los enfoques más utilizado en relación a las apariencias, será la que explica como una persona se va transformando en algo diferente del origen, para embonar en un molde que al parecer lo hará sentir más seguro porque le traerá beneficios que por lo general tienen que ver con la aprobación social. Aparentar ser feliz con la vida que se tiene para recibir halagos externos o evitar consejos o comentarios que consideramos desagradables. Pero, qué les parece si nos detenemos un poco y vemos el otro lado de la moneda... Al buscar el término apariencia en el diccionario encontré que me llevaba a otro término: “fenómeno”, el cual viene del griego φαινόμενoν que significa: ‘apariencia, manifestación’, el cual se define como el aspecto que las cosas ofrecen ante nuestros sentidos; es decir, el primer contacto que tenemos con las cosas, lo que se denomina experiencia. Al parecer lo que salta a la vista es que no tiene el mismo sentido de cómo se maneja cotidianamente. Está definición está más enfocada a la percepción del propio individuo, a la experiencia de uno mismo y de todo lo que le rodea, no a la experiencia que tienen los demás de tal o cual persona. Esto da pie a lo que quisiera exponer a continuación. Por qué no hacer el ejercicio de pensar, que cabe la posibilidad de que las apariencias pudieran ser una especie de autoengaño, en donde el timado sería uno mismo. En donde ‘vivir en un mundo de apariencias’ pudiera ser más para protegernos de algún aspecto que no toleramos de nosotros mismos, que de una sociedad represora. El segundo caso de los padres de una adolescente, me parece que no podría describir mejor este enfoque, pero lo que quiero explicar es que el hijo y el padre son la misma persona. SABEMOS COSAS DE NOSOTROS QUE NO QUEREMOS SABER, y por eso comenzamos a manifestarnos por medio de estas ‘apariencias’. Engaños aparentes, engaños mentirosos, engaños que en ocasiones pueden alcanzar a los demás pero otras veces no, y sería lo menos relevante, mientras nos sintamos protegidos de nosotros mismos, engaños bastante eficaces por un lado, ya que sin saberlo hemos generado tantas capas que no sabemos donde está la verdad, pero al mismo tiempo poco efectivos para no dejar rastro, como ansiedad, insomnio, obesidad, depresión, neurosis. Cómo una mujer recién liquidada de la empresa donde laboró por varios años, continúa pretendiendo tener una fortaleza estoica buscando trabajo, y en donde ni un pelo se le mueve por tal situación, pero que en el fondo, sin poder ser percibido ni por ella, ni por los demás se encuentra una mujer devastada y extremadamente sensible. Engaños que buscan a toda costa proteger la esencia del sí mismo por sentirlo frágil e indefenso, sacrificando la propia libertad de vivir, creyendo que ese monstruo que habita dentro de nosotros será infalible y letal, pero que en realidad al enfrentamos podría ser un manso gatito. La cacería puede ser larga y dolorosa, pero nunca infructuosa y te invito a ponerte el sombrero y las botas de Safari y adentrarte en esta aventura, solo o acompañado de un terapeuta...

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