Decálogo de sana vejez
La vejez es un eslabón más en nuestra cadena vital, y así debería entenderse.
Promover un envejecimiento saludable pretende en última instancia darle ese sentido positivo, consiguiendo que un mayor número de personas accedan a la misma en las mejores condiciones posibles. A este respecto, parecen ser tres, los aspectos que se consideran imprescindibles para conseguir semejante logro:
1 Tener una jubilación digna que permita cubrir las necesidades materiales del mayor y su familia, 2 llegar a la vejez y mantenerse en ella con el máximo nivel de salud posible, y 3 vencer la ociosidad tediosa que puede inundar este periodo.
En este apartado nos preocupamos por mejorar la calidad de vida de las personas mayores e informar en positivo sobre la tercera edad, por lo cual, te presentamos este decálogo que difundimos entre ellos para alcanzar precisamente eso:
Un envejecimiento lo más saludable posible.
1. CUIDARÁS TU PRESENTACIÓN TODOS LOS DÍAS. Viste bien, muéstrate pulcro, arréglate como si fueras a una fiesta ¿Qué mayor fiesta que la vida? 2. NO TE ENCERRARÁS EN TU CASA NI EN TU HABITACIÓN. Nada de jugar al enclaustrado ni al preso voluntario. Saldrás a la calle y de paseo al campo. 3. AMARÁS EL EJERCICIO FÍSICO COMO A TI MISMO. Un rato de gimnasio, una caminata tan vigorosa como puedas, dentro o fuera de casa. Nunca camines mirando al suelo ni a pequeños pasos. 4. EVITARÁS ACTITUDES Y GESTOS DE VIEJO DERRUMBADO: la cabeza gacha, la espalda encorvada, los pies arrastrándose, con aspecto desaliñado ¡No! Que la gente te diga un piropo cuando pasas. 5. NUNCA (¡NUNCA!) TE CREAS MÁS VIEJO Y MÁS ENFERMO DE LO QUE EN REALIDAD ESTÉS. Te harán el vacío. Nadie quiere estar oyendo historias de achaques, enfermedades u hospitales. Deja de auto llamarte viejo y considerarte enfermo ¡toma tan pocas medicinas como puedas y medícate de vida! 6. CULTIVA EL OPTIMISMO SOBRE TODAS LAS COSAS. Al mal tiempo, buena cara. Se positivo en los juicios, de buen humor en las palabras, risueño de rostro, amable en los ademanes. Se tiene la edad que se ejerce. La vejez no es una cuestión de años sino de un estado de ánimo. 7. TRATARÁS DE SER ÚTIL A TI MISMO Y A LOS DEMÁS. Hazte necesario. No eres un parásito ni una rama desgajada voluntariamente del árbol de la vida. Bástate por ti mismo hasta donde sea posible y ayuda a otros. Ayuda con tu ejemplo, con tu alegría, con una sonrisa, con un consejo, con un servicio. 8. TRABAJARÁS CON TUS MANOS Y CON TU MENTE. El trabajo es la terapia infalible contra el tedio de la vida. Cualquier actitud laboral, intelectual o artística son medicinas para todos los males ¡la bendición del trabajo! Cuando termines una actividad ten preparada otra: así siempre estarás entretenido, creciendo y adquiriendo más sabiduría. 9. MANTENDRÁS VIVAS Y CORDIALES LAS RELACIONES HUMANAS. Desde luego, primero las que anidan dentro del hogar, integrándote a todos los miembros de la familia. Ahí tienes la oportunidad de convivir con todas las edades, niños, jóvenes y adultos ¡el perfecto muestrario de la vida! Luego escucharás de corazón a los amigos, con tal de que los amigos no sean exclusivamente viejos como tu ¡Huye de los bazares de antigüedades! 10. NO PENSARÁS QUE TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR. Deja de estar condenando a tu mundo y maldiciendo tu momento ¡Alégrate de haber llegado a la edad que tienes y sé feliz!