Los arlequines de la psicología
Recientemente se estrenó en los cines la película de El escuadrón suicida en México y, como es costumbre en los que nos dedicamos a las disciplinas relacionadas con la salud mental, es inevitable poner atención en la manera en la que el cine y el arte retrata a los terapeutas pero al mismo tiempo es ingenuo pensar o pretender que estas imágenes no van a tener una influencia o impacto significativo en el inconsciente colectivo. Harley Quinn no es la primera terapeuta seducida por su paciente que Hollywood nos presenta: Jodie Foster le dio vida a una psiquiatra investigadora en El silencio de los inocentes con cierta debilidad (si no sexual si intelectual) por el psicópata caníbal. Asthon Kutcher se convierte en un enigmático y guapo psicólogo al final de la historia de El efecto mariposa como resultado de su perturbadora historia de vida. Aunque muy fascinantes, los personajes del cine que son psicólogos, psicoterapeutas o psiquiatras poco o nada tienen que ver con la realidad. Algunas entregas de esta sección se han dedicado justamente a desmitificar la idea de que los especialistas son personas muy diferentes a los pacientes. Lo anterior tiene cuatro propósitos fundamentales:
Dar respuesta a inquietudes y curiosidades naturales y lógicas que surgen en los consultantes.
Disminuir la angustia que genera un encuentro tan cercano como puede ser una primera sesión.
Reconocer a los terapeutas como personas comunes y corrientes que ofrecen un servicio que debe ser de calidad y calidez.
Que al reducirse la ansiedad como consecuencia de esclarecer los mitos, más personas se terminen de convencer de los beneficios y las posibilidades que trae consigo el recibir un tratamiento profesional y especializado.
Sin embargo no pueden terminarse estas líneas sin afirmar que SÍ hay algo misterioso, apasionante y que nunca vamos a terminar de descifrar y esto es la psicología en sí misma, la ciencia del alma. Hay algo de inquietante y de asombroso en los temas que tienen que ver con la mente y con la conducta humana. Tantos, que seguirán siendo inspiración y punto de referencia de películas, series de televisión y manifestaciones artísticas.