Placer o perversión: Entre Filias y Parafilias
Todos tenemos preferencias personales y gustos que pueden ser comunes, culposos, raros e incluso perversos, esto en gran parte depende de la cultura en la que hemos crecido, pues algunas creencias o tradiciones en algún lugar del mundo son esperadas, aceptadas y heredadas a las siguientes generaciones y en otras son reprobables, prohibidas o hasta castigadas. El acto sexual no puede ser la excepción y en este sentido la palabra “normal” puede ser muy relativa. Todos hemos escuchado hablar de parafilias e incluso hemos incluido algunas de ellas en nuestra jerga para referirnos a nuestras preferencias sexuales. Vale la pena definir entre filia y parafilia, la primera se refiere al hecho de tener un gusto exagerado o pasión por algo (no necesariamente sexual). En cambio, Parafilia significa “al margen de la atracción” y se trata de trastornos sexuales en los que la persona tiene impulsos, fantasías o comportamientos sexualmente excitantes, frecuentes (duran por lo menos seis meses) e intensos que implican: objetos no humanos, niños u otras personas que no den su consentimiento, el sufrimiento o humillación de sí mismo o de la pareja. Otro componente importante de las parafilias es que las personas que padecen estos trastornos son tan dependientes del objeto sexual que son incapaces de sentir satisfacción sexual sin el objeto presente. Teniendo en cuenta estas diferencias algunas parafilias y filias sexuales son:
Exhibicionismo: Impulsos sexuales e intensos o fantasías de mostrar los genitales a un extraño.
Fetichismo: Uso de un objeto para lograr la satisfacción sexual (los más comunes son ropa, zapatos, botas)
Sadismo sexual: Gratificación sexual al lastimar o causar daño a una persona.
Masoquismo sexual: Lograr la satisfacción sexual con una estimulación dolorosa en el cuerpo (puede ser solo o en pareja)
Necrofilia: Gratificación sexual al ver o tener contacto sexual con un cadáver.
Pedofilia: Comportamiento perturbador de un adulto que se siente atraído sexualmente por un niño (fantasías, tocamientos o violaciones).
Escatología telefónica: Hacer llamadas telefónicas obscenas, en las que puede describir una escena masturbatoria, o amenazar con violar a la víctima.
Zoofilia: tener sexo con animales o fantasías sexuales.
Clismafilia: Placer sexual con el uso de enemas.
Autagonistofilia: Placer al tener sexo delante de los demás.
Coprofilia: Obtener placer sexual del contacto con las heces fecales.
Altocalcifilia: Usar zapatos de tacón alto como un fetiche.
Ipsofilia: Excitación a través de mirarse al espejo durante el acto sexual.
Pogoniofilia: Atracción desmedida por los hombres con barba.
Acomoclitismo: Excitación por los genitales depilados.
Candalagnia o Candaulismo: Placer sexual al ver a la pareja teniendo relaciones sexuales con otra persona.
Estigmatofilia: Excitación ante los tatuajes o perforaciones.
Agorafilia: Atracción por tener encuentros sexuales en lugares públicos.
Latronudia: Excitación por desnudarse ante el médico, generalmente fingiendo algún padecimiento.
Urofilia (lluvia dorada): Placer al ser orinado u orinar a la pareja.
Maieusioflia: Atracción sexual por mujeres embarazadas.
Asfixiofilia (estrangulación erótica): Asfixiar o ahogar a la pareja durante el acto sexual, con su consentimiento y sin llegar a matarla.
Sin duda la lista es larga, cada vez que una alcoba se cierra surge una historia, tan efímera, sublime o perversa como se quiera permitir. Por su puesto que cada quien es libre de ejercer su sexualidad del modo que le plazca sin embargo es importante consensuar y no dañar a otros.