Dejar ir: Elaborar el duelo
Déjame reposar, aflojar los músculos del corazón y poner a dormitar el alma para poder hablar, para poder recordar estos días, los más largos del tiempo. (Algo sobre la Muerte del Mayor Sabines)
Es probable que en fechas como esta, a propósito del día de muertos, recuerdes a tus seres queridos y sientas nostalgia por los que se han ido. Aunque la muerte, dicen es de lo único que tenemos certeza en la vida, no es un hecho fácil de entender o procesar, se espera que la persona pase de manera natural este proceso en el cual se va a enfrentar a distintas etapas que van desde la negación, la ira, negociación, depresión y finalmente la aceptación, cabe mencionar que estas etapas se pueden vivir en distinto orden, excepto la aceptación que se espera tener cuando la persona ha elaborado ese duelo. Pero no todas las personas afrontan el hecho o lo superan en la misma forma, incluso entre géneros el estilo de afrontamiento es distinto, por ejemplo, a los hombres les es más fácil contactar con el enojo o la culpa, refugiarse en el alcohol, reprimir sus sentimientos e intentar racionalizar los hechos, el dolor más agudo se presenta regularmente después de cumplir con los rituales sociales, cuando ya no contactan tanto con los demás. Mientras que las mujeres se ven afectadas inmediatamente después del hecho, expresan la tristeza y el llanto en forma natural, hablan de su sentir y pueden refugiarse en su casa ya que se les dificulta salir o incorporarse a la vida laboral. La muerte no es la única pérdida con la que tenemos que enfrentarnos, de hecho, si lo pensamos bien a cada momento experimentamos perdidas y nuestro organismo es capaz de asimilar este proceso de cambio constante. Cambiamos en forma física y biológica, es decir, crecemos o envejecemos día a día. Algunas personas se enfrentan a la pérdida de alguna parte de su cuerpo ya sea por un accidente o enfermedad, muchas mujeres pierden a sus bebés en el vientre o al nacer. Otras pérdidas importantes pueden ser el trabajo, cambiar de escuela, terminar una relación, las cosas materiales también pueden ser un gran impacto para el organismo como un robo o extraviar algo significativo. Sin embargo, las pérdidas que más duelen son las de otros, una relación o una persona que muere, por ejemplo, incluso la partida de los hijos hacia la vida independiente. Cuando alguien pone su tranquilidad, bienestar y expectativas en otros y no en sí mismo será menos capaz de soportar las perdidas ya que su sufrimiento no está en la perdida en sí, sino en la expectativa que había creado al respecto de algo, o de alguien ya sea una relación, un trabajo, una persona, etc. Si esta persona se queda en una de las etapas del duelo se dice que está fijado en dicha etapa y, pese a los esfuerzos naturales de la persona o de los que se encuentran a su alrededor, no es capaz de salir adelante es conveniente buscar ayuda profesional, ya que la persona encontrará herramientas en si mismo para superarlo, es probable que su sufrimiento sea causado por algo más significativo o más profundo que lo que puede expresar. En fin, la terapia le proporcionará a esta persona, una luz en su proceso, en el cual se desea que ésta supere o elabore su duelo. Esto no significa que olvidará a la persona que perdió o no le importe lo perdido, significa que lo puede vivir en forma más saludable.