Tu no puedes: El rechazo de la sobreprotección
Todos los niños son genios Pero si juzgas a un pez por su habilidad para trepar árboles Vivirá toda su vida pensando que es un inútil Albert Einstein
A los 2 años un niño(a) es capaz de desvestirse por sí solo(a), recoger sus juguetes y peinarse con ayuda. A los 3 años se puede vestir solo(a), colocar la ropa sucia en un cesto, abrochar botones y subir cierres. A los 4 puede limpiar con un trapo, conocer su dirección, sentarse en silencio en el restaurante, iglesia etc. (por periodos más largos). A los 5 años ya puede nadar solo, limpiar el baño, alimentar a su mascota, organizar cajones, aprender a patinar o montar en bici, atarse las agujetas. A los 6 años puede lavar platos, hacer un sándwich, bañarse solo(a), servir líquidos sin derramarlos. A los 7 puede usar una escoba y un recogedor, escribir un mensaje de texto, leer y preparar recetas sencillas, usar cuchillo y tenedor correctamente, ordenar estantes de libros o juguetes. A los 8 años ya puede doblar la ropa sin arrugas, tender la cama y cambiar las sábanas, ayudar a lavar el coche y limpiar muebles. Las anteriores son sólo algunas actividades que los pequeños pueden realizar de acuerdo a la edad que tienen, la pregunta para los padres es entonces ¿Por qué no permites que lo haga? La respuesta inmediata más frecuente es porque está chiquito o bien lo amo tanto que yo lo puedo hacer por él. Te das cuenta que cada vez que lo haces por él sin importar la edad que tenga, el mensaje que le estás dando es: Tú no eres capaz de hacerlo ó No confío en ti y por eso lo hago yo… Detrás de la sobreprotección no hay amor como muchos padres justifican “no quiero que le de ni el aire” detrás de la sobreprotección hay desconfianza y rechazo, vale la pena que pienses ¿qué tanto tu hijo(a) es una extensión tuya? A muchos padres les cuesta trabajo entender que sea un ser autónomo e independiente, así que dejarlo que se desarrolle adecuadamente: intente, practique o bien logre cumplir con tareas de acuerdo a su edad, implica para los padres que deje de necesitarlos y quererlos. Por supuesto esto es un mito, los hijos siempre necesitan de sus padres cuando estos los aman, los respetan y los valoran. Por otro lado también hay una necesidad del padre o la madre de vivir a través de sus hijos y confunden el estar al pendiente o supervisarlos con invadir su mundo, su espacio. Son capaces de pasar horas en su escuela, hacerles la tarea, jugar con sus amigos, escoger sus actividades, ropa, etc. Desean que sus hijos (as) sean su imagen y semejanza incluso muchos les asignan el mismo nombre, desde ahí hay una clara falta de autonomía como dice el dicho “en el nombre lleva la penitencia”, hay otros que se visten igual a ellos o si tienen dos les compran la misma ropa. Entiende que tu hijo es único e irrepetible, deja que tome sus decisiones mientras no afecten su integridad, hazle saber que estás ahí para él, los padres somos los guías, el muro de contención, les debemos poner límites con amor, enseñarles con el ejemplo, respetar sus ideas, gustos y aficiones, pero sobre todo amarlos con libertad. Permite que resuelva sus problemas, que cometa sus propios errores. Mantente cerca para guiarlo más no para invadirlo, anímalo a lograr más. Un niño que sabe escoger su ropa a los 3 años, seguro será un adulto capaz de tomar mejores decisiones, si tú le pones limites en casa, él sabrá ponerlos en su escuela y en su mundo, cuando tú lo respetas, le fomentas respeto, si lo amas con libertad, sin duda será un adulto feliz y libre, capaz de brindar amor y libertad. Ámalo a pesar de que sea diferente a ti o a lo que esperas.