Viejito sensual
La mayoría de las personas piensa que cuando uno supera los 50 años o llega a la tercera edad a partir de los 60 años tiene que olvidarse del sexo y sencillamente dedicarse a otras actividades propias de esa edad. Nada más alejado de la verdad.
En realidad la edad no implica tanto problema como el no cuidarse en salud.
Hasta hace un par de décadas, el mantener una vida sexual activa en la llamada ‘tercera edad’, era considerado un tema vedado, un tabú. Pero, la llegada de medicamentos para el tratamiento de la disfunción eréctil nos lanzó, como sociedad, a reconocer que la sexualidad no termina con la aparición de las canas y las arrugas. Algunas personas mayores creen ellas mismas en la noción arcaica de que vejez es sinónimo de una vida sexual desabrida o, sencillamente, inexistente. Tampoco debemos perder de perspectiva al viejo mismo quien, en muchas ocasiones, permanece cargando los mismos complejos, mitos y retos de joven, a lo que se le añade una función física disminuida. Hay que hacerles saber que, en los casos en los cuales se mantiene una salud óptima, la sexualidad puede vivirse de una forma plena, natural y responsable. Tal vez, las más afectadas son las damas, puesto que muchas veces, sus roles sociales, las expectativas sobre su conducta social y la disponibilidad de pareja las llevan a resignarse a la vida sin actividad sexual en pareja. Así, entonces, muchas veces dirigen su energía sexual a otras actividades. Preservar la salud e integridad de nuestra vida sexual no tiene por qué ser un misterio ni algo complicado, pero sí debe ser una de nuestras prioridades porque el mantener una vida sexual significativa ayuda a conservar un buen estado de salud general.
En una pareja, la actividad sexual fomenta la alegría, mantiene el romance, la pasión y la intimidad que hacen que (ambos) puedan mantenerse conectados a cualquier edad. Los seres humanos deseamos tener compañía, compartir experiencias y tener contacto social.
La vida sexual después de los 60 años puede ser tan activa, ¡o aún más!, que en otras etapas de la vida.
Mantener una sexualidad saludable a través de las diferentes edades es mantener expectativas razonables a la condición física en el momento. Pretender tener la misma respuesta sexual a los 18, a los 30 y a los 70 años es irreal, independientemente de si se es hombre o mujer.
La vida sexual se beneficia grandemente de una buena condición física general, una actitud positiva ante los cambios y educarse sobre la variedad de expresiones sexuales que se pueden tener.
Es esencial conocer que hay cambios que pueden ocurrir con el envejecimiento y no constituyen enfermedad o patología. Se trata de conocerlos para no frustrarse con expectativas irreales. Muchos de los cambios están relacionados con la disminución en la función del sistema endocrino (producción de hormonas).
Consejos básicos Para mantener una vida sexual saludable es preciso:
Mantener un buen estado de salud general. Cuidar y controlar las condiciones médicas.
Consultar con su proveedor de cuidados de salud cualquier duda relacionada con los cambios físicos.
Educarse sobre la sexualidad y su diversidad de manifestaciones.
Tener una comunicación efectiva con la pareja.
Mantener una buena actividad social y evitar el aislamiento.