El precio de mi paz interior
¿Por qué el psicólogo es tan caro?
Una queja que los profesionales de la salud escuchamos a menudo en nuestra vida privada es: “¡Es que ir al psicólogo es muy caro!” Entendemos que ir al psicólogo representa un desembolso importante, pero la calificación de “caro” o “barato” responde a dos importantes preguntas: la primera es si se paga demasiado por lo que es y la segunda es si se paga demasiado por lo que se obtiene. Las sesiones suelen durar, por lo general, entre 45 minutos y 1 hora. Varía dependiendo del caso y las técnicas utilizadas por lo que algunas sesiones duran menos. La frecuencia entre sesión y sesión depende de la valoración que haga el psicólogo de la situación y también de la demanda del mismo paciente, no es lo mismo atender a una persona en estado de crisis que dar una sesión de seguimiento en el cual los síntomas ya han sido tratados y asimilados por el paciente con anterioridad. Los precios pueden oscilar entre 300 y 3000 dependiendo la especialidad o especialidades del terapeuta. Hay que considerar los gastos que tiene un psicólogo por ejercer su profesión: cuota de autónomo, cuotas de afiliaciones y certificaciones, costes del consultorio o gabinete, sueldo del personal que trabaja para él, retenciones e impuestos… Estos gastos son más o menos comunes a todos los profesionales de la salud. A esto, hay que sumar los gastos en libros, seminarios, cursos y actualizaciones que realiza el psicólogo y que garantizan una formación completa y renovada en su área, además del tiempo que dedicamos a leer nuevos estudios y libros especializados. También hay que añadir el coste de las pruebas psicológicas, que es muy elevado. En cuanto al tiempo de dedicación, éste no se limita a la hora que se está con el cliente, sino que hay que sumarle el tiempo de preparación previo y la gestión de la información posterior, el tiempo de corrección de las pruebas, la elaboración de informes, etc. Esto hace que el número de horas disponibles para atender a diferentes pacientes no sea de 8 horas diarias, sino muchas menos. Otros profesionales sanitarios pueden ver tres o cuatro pacientes por hora, mientras que los psicólogos podemos ver ese número en toda una jornada. Acudir a un psicólogo y realizar un tratamiento de algunas semanas o meses es un gasto considerable, pero las herramientas que proporciona el profesional permiten afrontar los problemas y los retos que se presenten de ahí en adelante, con energía, con positividad, con recursos suficientes para superar las adversidades… Todo lo nombrado es lo que hace tan valioso el tener un apoyo en la vida cotidiana, como lo es la terapia psicológica. Debemos aprender a darle el valor adecuado a invertir en nuestra salud mental. El bienestar psicológico, el equilibrio personal y la armonía en la familia no tienen precio.