¿Necesito doctor o vacaciones?
Este espacio dedicado principalmente a la salud emocional, se ha vuelto también un pretexto excelente para exponer las vicisitudes que conlleva la vida actual. Estamos como sociedad constantemente llenos de responsabilidades y de compromisos. Lo social, lo laboral, lo familiar, son aspectos de la vida que llenan con actividades nuestras agendas y con horas ocupadas nuestro tiempo diario. Pareciera que estamos, como generación, condenados a tener “el mejor de los fines de semana”, “el mejor trabajo” , “la mejor vida social” y además, a publicarlo en las redes sociales a manera de material comprobatorio. Estos últimos enunciados se encuentran entrecomillados porque, si bien, es cierto que aspirar a una vida llena de experiencias nuevas y gratificantes es completamente legítimo y válido, no lo es el sacrificar todos nuestros recursos personales (tiempo, dinero y energía) con tal de cumplir con una expectativa social determinada por la moda. Es muy importante que las personas tengamos presente que tomar vacaciones de todo por un rato con tal de desconectar de todo aquello que nos encadena no es un privilegio o un lujo, sino una necesidad apremiante. Una gran cantidad de malestares emocionales, psíquicos y físicos son producidos por el cansancio y la saturación: la ansiedad, la angustia, el ánimo bajo, la depresión leve y la tensión generalizada son algunos ejemplos. Uno de los comentarios más comunes que emite la gente cuando regresa de tomar vacaciones es que regresan más cansadas o que no tuvieron tiempo de descansar. Pues bien, la propuesta es que consideremos tomar vacaciones de completa desintoxicación: sin saturación, sin medios electrónicos, sin exceso de planes. Para suerte de tod@s nostr@s, tomar este tipo de vacaciones ni siquiera requiere ir a ningún lugar. Sólo un poco de disposición.