2016 ¡AYUDA! ¡¡¡Necesito un Dr.!!!!
La última y nos vamos... 2016: El año en el que varios necesitamos un doctor
Cuando apenas comenzaba el año, un amigo muy querido me anticipaba que el 2016 iba a ser un año de muchos cambios, vueltas de rumbo vertiginosas que harían que los rumbos de las personas e incluso de los países se replantearan y se movieran. Ok, no me lo dijo con esas palabras pero con esas palabras fue que elegí registrarlo. Cuando escuchaba esto jamás imaginé las magnitudes y la veracidad de la profecía. (¿Profecía autocumplida?). En Diciembre más que nunca la nostalgia se pone de moda. No es casualidad que los hospitales psiquiátricos tengan sobrecupo durante el invierno. El frío, el exceso de emotividad y la certeza de un ciclo que se termina son razones suficientes para ponernos reflexivos en el más optimista de los casos. A veces tristes, a veces ausentes. Fue precisamente a mediados de este año que se me ofreció participar en este espacio. Para una persona a la que le gusta saturarse de actividades fue demasiado tentador. La tentación era por dos causas fundamentalmente. La primera razón es que, debido al momento de vida en el que estaba y en el que estoy, contar con un espacio de expresión es todo un privilegio, un lujo. Siendo el internet un espacio tan amplio, nunca supe ni sé ahora con precisión a quienes o a cuantos pueda llegarles o tocarles mis palabras, pero lo que sí tengo es la esperanza de que eso ocurra. El saberte leída, vista o escuchada es alentador, excitante y reconforta. Es básicamente por esa razón que a pesar de que a veces sea tan poco entendida, la gente sigue haciendo citas para comenzar terapia. La segunda razón que despertó mi interés fue el tema de la columna: ¿Cómo saber si necesito un doctor? Se me propuso un tema y un objetivo: que las personas que leían pudieran tener más y mejor información que la que comúnmente se ofrece en la red acerca de lo que hace un terapeuta, de los diferentes tipos de servicios clínicos y de las causas que pueden ser de importancia para consultar a un especialista de la salud emocional. El mismo amigo que mencionaba al principio y que es experto en el manejo de información me aconsejaba que esta fuera planteada de manera práctica “es lo que a la gente le gusta leer” me dijo. Y eso intenté. A manera de corolario quisiera escribir que desde mi ser terapeuta, tanto la supervisión, las especialidades, la maestría, el análisis personal y también este espacio, me ha servido en gran medida para corroborar que todos somos profundamente vulnerables, mayoritariamente miopes, perfectamente falibles.