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La piel tiene memoria


“Cuando la memoria del cuerpo despierta, su viejo deseo vuelve a rodar en la sangre; Cuando los labios y la piel recuerdan, mis manos sienten como si te tocaran de nuevo” Constantino Cavafis.


“El Yo-piel es el pergamino originario que conserva, a la manera de un palimpsesto, los garabatos tachados, raspados, sobrecargados de una escritura «originaria» pre-verbal, hecha de trazas cutáneas.” Didier Anzieu

 

Cuando somos bebés, y nuestra madre nos consuela cuando estamos llorando, nos esta diciendo sin palabras, que la angustia puede ser manejada, que existe alguien fuera de nosotros con la capacidad de calmar nuestros miedos; es decir la realidad interna adquiere las herramientas necesarias para confiar en la realidad externa. El mundo se vuelve menos hostil, porque “Todo depende del cristal con que se mire”.


En la piel se encuentra escrita la forma en que vamos a manejar nuestros conflictos, en ella se tatúan las caricias que de adultos nos van a hacer estremecer, cuando alguien nos acaricia cuando estamos tristes, nuestra piel recuerda esos momentos cuando mamá nos tomaba en sus brazos y calmaba las angustias sin nombre. La piel es contenedora de los afectos pre-verbales, la caricia nos reconforta porque nos contiene, es decir nos dice que esta bien sentir, que esa emoción no se desbordará, la caricia nos permite sentir sin miedo, y esto sólo lo podemos conseguir sí en el pasado alguien nos ayudo a reconocer que somos capaces de sentir sin enloquecer. Cuando una persona no tiene suficientes caricias de bebé, crece con miedo de que sus afectos salgan de control, no confía en su propia capacidad de auto-regularse. El tacto de la madre ayuda al bebé a internalizar la ternura necesaria para controlar los afectos agresivos. La piel tiene memoria, y gracias a esos recuerdos que muchas veces suelen ser inconscientes somos capaces de distinguir los diferentes afectos que las personas nos proporcionan, ¿Cuántos de nosotros no nos hemos estremecido con la caricia de otro?, Nuestra piel se enchina y se conmueve cuando vemos una imagen enternecedora, la piel nos habla de nuestras necesidades afectivas, cuando hace frío necesitamos el abrazo de alguien o muchas veces cuando estamos cerca de alguien que no nos agrada, nuestra piel rechaza el contacto con esa persona. Escucha a tu piel, ella no se equivoca, reacciona ante nuestros miedos, y afectos. Cuando reacciona te manda un mensaje sin palabras de que algo puede o no funcionar. ¡Gracias por leerme!

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