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Un corazón cuando se rompe


El síndrome del corazón roto o cardiomiopatía de Tako-tsubo (trampa de pulpos), presenta síntomas similares a un ataque cardíaco, como dolor en el pecho y dificultad para respirar, durante el curso de la evaluación del paciente se observa con frecuencia un abultamiento de la punta del ventrículo izquierdo con una hipercontractilidad de la base del ventrículo izquierdo; es temporal, no deja secuelas y no afecta las arterias coronarias, es inducida por estrés.No deja secuelas y es temporal dicen los científicos, me parece que siempre que se rompe un corazón existen secuelas, no importa cuál haya sido el motivo, la separación de una pareja, la traición de un amigo, la muerte de un ser querido ¡siempre el corazón queda marcado! herido y con cicatrices, que al final sanan, pero la marca queda ahí, como un recordatorio constante de que estamos vivos, vulnerables y expuestos al dolor.

Sólo como dato curioso ¿sabías que los pulpos tienen tres corazones? una bonita coincidencia, al vez signifique la gran capacidad que tenemos de amar, ¡tal vez y sólo tal vez! , si sintiéramos que tenemos tres corazones nos arriesgaríamos a amar y a entregarnos profundamente a un otro sin miedo a que nos rompan el corazón, al fin y hay tres.


Igor Caruso en su libro " La separación de los amantes" Menciona que cuando un ser querido nos deja, tenemos una experiencia de muerte, ¿Será por eso que sentimos dificultad para respirar e hipercontractilidad?, ¡tal vez! pero lo que es cierto es que nos quedamos con una sensación de vacío difícil de explicar, es como si la otra persona se hubiera llevado un pedacito de nosotros, como si nos arrancaran de un sopetón la vida, y en realidad lo hacen, se llevan ese universo único e irrepetible, Caruso menciona que el olvido en la mente del otro es lo que experimentamos como muerte, cuando nos imaginamos que el otro nos va a olvidar es como si sintiéramos que dejamos de existir, al fin y al cabo, viví y me miré a través de tus ojos, si no me miras y no me recuerdas, entonces dejo de existir, creamos un nosotros y en ese “nosotros” mi yo se quedó dormido, ahora que no está el otro hay que despertarlo encontrarle nuevos anhelos, nuevas metas y tal vez nuevos amores.

Empezamos a pensar en nuestra nueva vida, intentando poco a poco recuperar a ese ser que por ahora nos es desconocido, queremos encontrarlo de nuevo, pero este viaje se vuelve complicado, porque cuando lo pusimos a dormir, cuando lo pusimos en segundo plano, éramos diferentes, nuestro momento era otro, los anhelos y metas que habían pertenecen a esa persona del pasado… pero aún así, intentamos ayudarlo, le compramos nueva ropa, le cambiamos el corte de cabello, buscamos a sus amigos, con la esperanza de que aparezca intacto, pero la realidad se impone, somos otros y debemos por sobrevivencia adaptarnos a ese nuevo yo, transformarnos en una nueva persona, aceptar el corazón roto, reconstruirlo y seguir adelante.


! ¿No es suficiente para un paro cardíaco?! El dolor de una separación es inevitable al igual que la sensación de pérdida, para poder superar una ruptura, cualquiera que sea, es necesario dejar fluir los sentimientos, recordar que cada experiencia y cada herida en un corazón roto tuvo una historia maravillosa atrás, cuando entendemos este proceso, cuando sabemos que el dolor sólo es señal de un ajuste, podemos darnos el tiempo de sanar y es más fácil comenzar a vivir sin esa pequeña parte de nosotros, porque es cierto cada pequeño universo que creamos con una persona es único e irrepetible, cuando se va el ser amado se lleva un pedazo de nosotros que jamás podremos recuperar ...¡pero con todo esto creo que vale la pena atrapar al pulpo! Gracias por leerme, ¡Hasta la próxima!

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