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¿Ir a terapia 3 veces por semana? jajaja

¿CADA CUANTO IR A TERAPIA? ¿QUÉ SUCEDE SI NO VOY?

 

Parte de los lineamientos que se establecen al iniciar una terapia, tienen que ver con la regularidad que tendrán las sesiones. ¿Cada cuánto es lo ideal?. La frecuencia no solo varía de acuerdo al tipo de terapia, influyen también aspectos tanto del terapueta como del paciente, desde el manejo de sus tiempos hasta el estilo y personalidad de ambos. Lo importante es establecer un acuerdo que de alguna manera proteja los fines de un proceso terapéutico, el cual requiere constancia.

¿Qué sucede cuando el paciente no puede llegar a la sesión que se tiene programada? Lo que se hace con las cancelaciones tanto en términos económicos, de tiempos y de lo que se habla al respecto, impacta sobre el curso que tomará la terapia.

Por ejemplo, la posibilidad de reprogramar o tener que pagar una sesión que no se realizó, son temas en general debatidos, ya que el estilo de vida al que se tiende hoy en día es más apresurado, cambiante e impredecible, sobre todo en grandes ciudades, y muchas veces los impedimentos parecen quedar fuera del control de la gente, sin embargo esto también puede ser muy arbitrario.

Con frecuencia se da una mezcla de impedimentos ajenos con una resistencia personal, uno se sostiene de otro, por lo que no solo se modifica un acuerdo también representa una comunicación que hace el paciente a su terapeuta.

La terapia se alimenta en gran medida de la motivación que la persona tenga hacia ella, y así como se tienen sentimientos de entusiasmo, ánimo o interés, también se pueden experimentar sentimienos de hastío, cansancio, enojo o flojera. Es parte de lo que caracteriza a una terapia y por lo general estos sentimientos provocan reacciones hacia la misma, como llegar tarde, no asistir, no hablar, entre muchas otras.

El tema se vuelve complicado cuando el acuerdo que se estableció originalmente comienza a variar sin dialogarse, volviendose incluso ambiguo y arbitrario, lo cual puede generar confusión afectando le relación profesional y lo que se trata dentro del espacio.

Los acuerdos inciales y el encuadre, ofrecen una estructura que da sostén a la terapia, y no sólo protege este trabajo sino que permite también la comunicación de conflictos que no se hablan en palabras. Cuando la regularidad se va perdiendo, el paciente intenta decir algo pero que no consigue verbalizar, y cuanto más se dejan pasar sin hablar más riesgo de que se desetabilice la terapia, hasta interrumpirse completamente.

Lo anterior no implica que deba darse de manera rigida o que se desestimen las dificultadas de la vida cotidiana, por eso la importancia del dialógo y el entendimiento que lleven a un crecimiento personal más que la imposición de consecuencias.



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