Comida, Amor y Psicología
Barriga llena, corazón contento.
Como cada año, terminas las celebraciones decembrinas con unos kilitos de más... Y eso que esta vez no te serviste doble postre.
7 de cada 10 mexicanos tienen sobrepeso. En un país de 128 millones de habitantes, te estoy hablando de 90 millones de personas que no han resuelto sus hábitos alimenticios... No soy médico ni nutrióloga, yo soy una psicóloga que quiere hablarte de las implicaciones emocionales que trae la comida a tu vida.
Te tengo una pregunta ¿Qué te preocupa más, lo que te metes a la boca o lo que metes en tu mente? ¿Qué pensarías si te digo que una cosa depende de la otra?
Todo, absolutamente todo lo que haces, muestra un escenario de tu experiencia interna. Tus decisiones, la limpieza de tu cuarto, la música que escuchas, tu comida favorita... Esto que menciono y muchas acciones más, son la proyección fílmica de tu vida interior. El proyector es tu mente, la trama de la película es la información que tenemos de que ésta existe y vive.
Te doy un ejemplo: Cuando estás iniciando una nueva relación amorosa es normal que empieces a comer de más. Cuando terminas una relación sucede que bajas de peso.
Si te traduzco la implicación emocional/mental de bajar o subir de peso en el amor, te puedo decir que comes en el amor, en un intento de llenarte de tu ser amado, una manera simbólica de unirte cada vez más a esa persona. Por el contrario, en una ruptura amorosa, ya no sientes hambres ni antojos, te detienes en el tiempo para poder vaciarte de ese amor perdido, incluso vaciarte de tí mismo, para tratar de asimilar la pérdida.
Volviendo al tema de México, no te hablaría de que los mexicanos están todos enamorados... Te hablaría de por qué parece que hay 90 millones de mexicanos que tienen una sed tan grande en el corazón, que intentan llenarlo con tallas ExtraLarge.
No pretendo saber exactamente lo que pasa en la vida de toooooda la gente con sobre peso. Yo misma he luchado con mi peso en varias ocasiones. Y en mis luchas también ha estado involucrado el corazón llenito y el corazón vacío.
Ya que me estás leyendo y estamos entrados en el tema, te invito a que pienses en esto:
Si mi modo de comer fuera un mensaje de amor o un mensaje de odio ¿Qué diría ese mensaje?
