Inteligencia Compasiva
SI QUIERES QUE TU HIJO SEA FELIZ, PRACTICA LA COMPASIÓN…
SI QUIERES SER FELIZ TU…. PRÁCTICA LA COMPASIÓN
Dalai Lama
(PARTE 1)
SER INTELIGENTE Y COMPASIVO
En una de mis sesiones familiares que conversaba con la familia de un adolescente, concluímos que es indudable que los tiempos han cambiando desde nuestra infancia hasta el momento, la velocidad en la trasmisión de información, los riesgos socio-emocionales, la competencia globalizada, las rutinas que cada día permiten menos la convivencia y nos restringen a tener muy pocos momentos de reflexión, nos han llevado a ser “ignorantes emocionalmente.
Y es que hoy ya no conocemos a nuestros vecinos, vemos el dolor en el “otro” y lamentablemente no tenemos el tiempo suficiente para acompañarlo y mucho menos aprender de esa sensación, dando como consecuencia carecer de inteligencia emocional.
Podemos entender por compasión; el sentimiento de empatía, de experimentar en carne propia el sufrimiento del otro, el cual motiva a la acción para erradicar ese sufrimiento.
La compasión y la inteligencia, dicho de otro modo: la bondad y la sabiduría; ambas están estrechamente ligadas, existen en una permanente retroalimentación y, en realidad, una persona no puede ser verdaderamente inteligente si no es también compasiva y, por ende, una persona bondadosa se vuelve naturalmente una persona sabia.
-Los efectos de mis actos me siguen
como la sombra sigue a mi cuerpo-
Y entonces… si la compasión es tan importante para “crecer a través del otro” ¿cómo hago para aplicarla día a día? ¿Cómo puedo reflejar compasión en mis acciones físicas y verbales? ¿Cómo educar a mis hijos a ser inteligentes emocionalmente sobre la base de la compasión?
Ésta es una breve lista, por favor toma en cuenta otras áreas en las que se podrías aplicar la compasión.
1. Anima a tus hijos a ser amables con el planeta.
Si queremos que todos los seres vivos sean felices, tenemos que cuidar el entorno en el que viven. Enseña a tus hijos las tres R’s Reducir, Reutilizar y Reciclar.
2. Enseña con el ejemplo.
Los niños aprenden con el ejemplo, así que sé la persona amable y compasiva en que deseas que se conviertan. Enséñale a los niños qué significa preocuparse por el sufrimiento de otro, ofrecer apoyo a un amigo y participar en actos de bondad al azar.
Señala los actos de bondad que tus hijos realicen y elógialos.
Por ejemplo, si tu hijo te ayuda a llevar las bolsas desde el vehículo a la casa, dile: "Me has ayudado con las bolsas del super sin que yo te lo haya pedido. Eso es muy servicial y amable". El señalar y reconocer la acción exacta tiene más impacto que simplemente decir: "Buen trabajo”.
Discute cómo se siente…
Cuando alguien es amable o compasivo hacia ti y lo que se siente cuando eres el único que está siendo amable y compasivo.
Juega a juegos de rol
Donde tus hijos se involucren en actos de bondad y compasión como una comunidad de amigos. Crea escenarios dramáticos donde uno finja estar triste y otro piense en una idea para animarlo. Haz que actúen la escena juntos y luego cambien los papeles.
6. Pregúntale a tus hijos qué les gustaría hacer para ayudar a alguien que está enfermo o deprimido. Por ejemplo, si un vecino no se siente bien, pregúntale a los niños lo que pueden hacer para alegrarle el día a los vecinos. Tal vez, puedes ayudarles a organizar unas flores para el vecino o a preparar una comida especial.
Siendo que en este mes la revista BEO Psychology se dedica al tema: Amor/Odio a la comida; me parece necesario enfatizar la importancia de ser compasivos en el momento de alimentarnos. Aquí te dejo algunas frases para reflexionar… recuerda que tu eres el único que decide cómo y cuándo te alimentarás, es tu responsabilidad amarte y engrandecer ese momento transformándolo en, no solo un alimento físico, sino espiritual.
El maestro budista Thich Nhat Hanh a creado cinco frases, como una oración, antes de empezar a comer, mientras contemplamos los alimentos que nos van a nutrir sobre la mesa.
Las Cinco Contemplaciones.
Esta comida es un regalo del universo entero: de la tierra, del cielo, de numerosos seres vivientes y del trabajo duro y amoroso de muchas personas.
Comamos con gratitud y plena consciencia para ser dignos de recibirla.
Reconozcamos y transformemos nuestras formaciones mentales insanas, especialmente la avidez, y aprendamos a comer con moderación.
Mantengamos viva nuestra compasión de forma que reduzcamos el sufrimiento de los seres vivos, dejemos de contribuir al cambio climático y ayudemos a curar y preservar nuestro precioso planeta.
Aceptemos este alimento con el fin de nutrir nuestra hermandad, construir nuestra comunidad y alimentar nuestro ideal de servir a todos los seres.
Te espero en el siguiente artículo que será la parte 2 de Compasión e Inteligencia.