¿Cómo saber si mi niño debe ir a terapia?
EMPECEMOS POR DEFINIR ¿QUÉ ES INFANCIA TEMPRANA?
Es el período comprendido entre la gestación y los 5 años de edad. La historia de cualquier ser humano se comienza a escribir desde el momento en que sus papás empiezan a pensarlo. Cuando nace, lo primero que necesita el bebé es que sus cuidadores satisfagan sus necesidades, sepan contenerlo y ayudarlo en el camino, no siempre fácil, de la adaptación a los nuevos estímulos.
En esta etapa adquieren más destrezas físicas, tienen una mayor competencia intelectual y sus relaciones sociales se hacen más complejas.
La capacidad de lenguaje aumenta de manera evidente a medida que dominan las reglas de la sintaxis y aprenden cómo mantener conversaciones.
A nivel emocional, los niños de estas edades comienzan a identificarse con los demás y a mostrar una conciencia social.
La psicología Clínica, en esta etapa, pretende evaluar y detectar de manera precoz cambios o problemáticas anómalas que surjan en el infante.
En la primera infancia debe ser estudiada la relación con los cuidadores, quienes van moldeando a veces sin saberlo ni ser conscientes de ello, la vida y la salud de los niños.
Esta etapa inicial marca la vida posterior en cuanto al crecimiento, evolución y desarrollo.
El primer contacto y aprendizaje de las personas durante la primera infancia está determinado por la calidad de la relación con la madre o cuidadora.
Los sucesos traumáticos que se producen durante la infancia, pueden conllevar graves alteraciones en el desarrollo posterior.
En la actualidad está comenzando a cobrar importancia el cuidar los primeros años de vida. Es así como se introduce el psicólogo en la infancia, al comenzar a considerar a los bebés como personas, con derecho a acceder a la salud mental y procurar que los cuidadores regulen de manera positiva sus estados emocionales.
Con frecuencia, la niñez se asocia con la felicidad absoluta, el bienestar y la ausencia de problemas. Sin embargo, se trata de un estereotipo que poco tiene que ver con la realidad ya que los niños también tienen sufrimientos y problemas. Por ejemplo, el fracaso escolar, el acoso en el colegio o las dificultades para hacer amigos. Todo ser humano, sin importar su edad, puede encontrar en la psicología una herramienta de ayuda para recuperar la felicidad y solucionar el conflicto.
Por ello, los niños también pueden necesitar asistir terapia psicológica ante un problema concreto que no puedan gestionar por sí mismos y para que los padres reciban orientación sobre cómo actuar en determinadas ocasiones que no puedan controlar. En ese caso, un psicólogo experto en psicología infantil se convierte en un profesional cualificado para abordar el caso.
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