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Te cuento porqué nunca es tarde para niñerías

NIÑOS GRANDES - ADULTOS FELICES

Si llevas tu infancia contigo, nunca envejecerás.

Tom Stoppard.

 

Cuando éramos niños casi todos jugamos a ser grandes. Yo soñaba con ser maestra, doctora o cantante (en hora buena mis padres no me tomaron en cuenta, en esta última), también quería ser valet parking, tampoco era la mejor idea, hasta hoy el manejar no es precisamente uno de mis atributos.


Subíamos a un árbol e imaginábamos que era un barco pirata y vivíamos aventuras fascinantes. Las vacaciones de verano eran estupendas, todo el día podía salir a jugar con los vecinos hasta que se hacía tarde o era hora de comer. Me encantaba usar tacones de mi tía, colgarme collares y parecer grande.


El festival de 10 de mayo era de mis días favoritos, pues siempre era una oportunidad de salir al escenario y bailar, además de que ese día mi mamá me daba permiso de maquillarme.


Sin duda tuve una niñez privilegiada, llena de amor, juegos y mucha libertad. Mis papás son los mejores papás del mundo (como todos los papás).


Hoy las cosas no han cambiado tanto, me sigue encantando el escenario, los tacones, las aventuras, los cuentos, contar y escuchar historias. Las guerras de cosquillas son las mejores para llegar a acuerdos. Me encantaría no resistirme a tocar un timbre y echarme a correr o volver a jugar guerras de globos de agua.


Estoy pensando que los 40 primeros años son los mejores de la infancia. Porque, aunque hoy tengo una familia y a veces hay que ser seria y cumplir con las obligaciones propias de la adultez, sigo conviviendo con mi niña interna, amándola todos los días, enseñándole las mil razones para sonreír al día.


Me encanta ser terapeuta de juego, siempre digo que “El juego es un asunto serio”, quien va a terapia conmigo, sea niño, adulto o anciano en algún momento se descubre jugando, y a veces dicen tenía tanto que no lo hacía, o cual siempre es reconfortante.


Nunca de dejes de jugar, cada vez que sientas que estás enojado con la vida, que la tristeza te derrumba o las preocupaciones te sobrepasan, piensa en el niño que vive en ti, recuerda lo maravilloso que era jugar con un avión pintado en el suelo, con una pelota, correr y jugar encantados, piensa en las experiencias vividas y te darás cuenta que los grandes recuerdos de tu infancia no necesitabas más que tu imaginación para ser feliz.


Conecta con ese niñ@ que fuiste, que sigue viviendo en ti, abrázalo, reconfórtalo, contágiate de su risa.


Si hoy tienes niños, regales momentos, permítete tirarte en el pasto, disfrazarte, jugar carreras, contar cuentos, hacer dibujos…Todos los pacientes que vienen a Mi Jardín terapéutico, les he pedido que me platiquen un recuerdo feliz de su infancia y no importa que tan adversa haya sido, que tan difícil o dolorosa, siempre, siempre encuentran uno o varios y cuando eso sucede, es fascinante ver como su cara se ilumina y reviven ese instante en su cabeza.


Hoy nosotros los adultos, somos responsables de que nuestros niños tengan gratos recuerdos cuando crezcan, ¿te das cuenta de este súper poder? Podemos hacer mejores historias, todos nos merecemos un mundo más feliz.

Feliz día del niñ@ a todos, todos los niños del mundo.

* La imagen del encabezado pertenece a Unsplash.com

* La imagen de "Contacto al Psicólogo" pertenece a Beo Psychology Life Tools

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