¿Qué es el instinto paterno?
¿Padre o el macho Alpha?
En el reino animal, los seres se organizan se organizan en manadas y, al dominante, se le denomina como macho Alpha.
Entre los lobos el orden del rango se establece y mantiene a lo largo de una serie de peleas ritualizadas y posturas mejor descritas como una intimidación ritual.
Los lobos prefieren una guerra psicológica al combate real y el alto rango se basa más en la personalidad o actitud que en el tamaño o en la fuerza.
En animales sociales, Alpha es el individuo en la comunidad con mayor rango, a quien los otros siguen. En ciertas especies altamente sociales de chimpancés tal como el bonobo, un aspirante puede emplear métodos indirectos, como alianzas políticas, para derrotar al Alpha y ocupar su lugar.
Dentro de la especie humana, nos concentramos en grupos llamados familias y las funciones son determinadas en base a las capacidades y características de los miembros.
Concebir una vida y gestarla no es función exclusiva de la mujer, también es de competencia masculina. Cuando un hombre se entera que será padre puede sentir una alegría indescriptible, pero también sentir confusión y temor por lo que viene por delante.
Estos sentimientos son comunes y la paternidad se convierte en un desafío: proteger a su nueva familia, proveerla de los cuidados y recursos necesarios, formar y educar a nuevo ser serán las nuevas tareas para el futuro padre.
Algunos afirman que el hombre tarda más en “hacerse” padre que la mujer en convertirse en madre ya que la madre experimenta los cambios físicos que la conectan con la maternidad mucho antes que el varón, en algunos casos, puede que el hombre necesite ver a su hijo para conectarse emocionalmente con él. En general, un varón comienza a transformarse en padre cuando decide tener un hijo, se apropia de este proyecto desde la idea y desde el sentimiento. Durante la gestación, el hijo es para él una intuición, el vínculo que establece con él será de otro tipo, ya que sólo podrá percibirlo a través del vientre de la madre, tocándolo cuando patea, o viendo su imagen a través de una ecografía. Los tiempos han cambiado y ahora los padres se involucran más tempranamente en la vida de sus hijos, desde la gestación, el proceso de parto y los cuidados postnatales. Los estudios indican que estar en contacto con el bebé en las primeras horas de su nacimiento favorece el vínculo padre-hijo, el padre sentirá mayor apego, un lazo entre ambos que lo involucrará aún más en la vida de su hijo.
Por ello, es fundamental enfatizar la relación de apoyo entre las parejas, resaltando la inclusión del padre, en la diada madre-hijo, permitiendo así la redefinición de la identidad de hombre y pareja/esposo a la actividad paterna.
Entre los procesos psicológicos que esto implica, es indispensable que el padre logre la convicción interna de poder cuidar de ese hijo, lo cual es inherente a un deseo paternal por tener y criar un individuo, imaginándolo e involucrándose, no sólo como espectador sino como participante en toda su vida.