Sentimientos de papá
Papá en contacto con las emociones
Ser papá es un asunto como ningún otro, una de las razones es que es una de las ocasiones en las que la propia personalidad, creencias, contexto, reacciones y emociones se confrontan de forma intensa con uno .mismo, ya que muy pronto en la paternidad se nota que cada acto (y pensamiento/sentimiento detrás del mismo) tiene repercusiones, en ocasiones vistas como imitación y en otras, como reacción, pero en todo caso, los niños aprenden mucho más de lo que observan que papá y mamá hacen que de lo que dicen.
Hombres siendo padres.
Así, que en esta línea y en una sociedad donde comúnmente se restringe la gama de emociones que un hombre puede expresar, sería ideal que cada padre se dedicara a observar las propias, la forma en la que las manifiesta y sus pensamientos en torno a los mismos.
¿Por qué es importante?
De forma natural, las emociones existen se sienten y no pueden (ni deben) ser controladas, no así, las expresiones de las mismas, de esta forma, cuando un niño se siente realmente enojado por algo que como adultos puede parecer poco importante, se puede intentar llevarlo a tener una reacción que se adapte al medio o con la que se encuentre una solución, pero si lo que se le pide al pequeño es que no se enoje, se le está pidiendo que vaya en contra de aquello que sin remedio siente, se le está pidiendo, en ocasiones exigiendo que calle lo que su cuerpo le está diciendo, casi como decirle que no tenga hambre o que deje de tener ganas de ir al baño, de esta forma, le damos a nuestro chiquito, un mensaje claro “lo que sientes está mal” siendo los resultados de esto, confusión acerca de si mismo, culpa, enojo con quien lo está controlando, frustración y sobre todo, al poner la energía en tratar cambiar la emoción, se dificulta la búsqueda de alternativas de solución.
¿Qué hacer?
Como casi siempre en relación con la crianza infantil, lo primero es la auto observación, revisa cuales son los sentimientos que te permites tener, cómo los vives, como los aceptas en los demás, esta observación es un proceso continuo, hazlo profundamente en una primera ocasión pero dale seguimiento consiente de forma cotidiana, después analiza emociones que expresan tus pequeños y explora que te provocan, por último, respeta la forma en la que los niños sienten, aún si no lo compartes o comprendes, abraza también toda tu gama de emociones y se abierto sobre las mismas, recuerda, no existen emociones buenas o malas.
De esta forma, tendrás una relación mucho más cercana, amorosa y congruente con tus pequeños, lo que les permitirá estar más seguros de su vínculo contigo, con los demás y con ellos mismos.