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¿Te obsesionas con gozar?

¿A qué estamos dispuestos con tal de sentir placer?


El mes pasado las líneas de este espacio estuvieron dedicadas a hablar acerca de un fenómeno social (por definirlo de alguna manera) que está sumamente observado y del que se ha esctrito mucho: la generación millenial.


Intentando hacer un poco de correspondencia con el mismo, describiremos en esta ocasión una de sus características principales y altamente criticadas: el hedonismo.


Tomando en cuenta todas las condiciones de contexto e históricas que rodean a la gente joven de nuestro tiempo actual, una gran cantidad de autores coinciden en el hecho de que el sinsentido, la individualidad y como consecuencia la soledad, permean de manera muy importante a la población.


La compensación es un concepto muy utilizado y nombrado por la psicología y hace referencia (en una definición a muy grandes rasgos) al hecho de que cualquier de algo será llenado por algo.


Si es que los millenials son expertos en algo, lo son en compensar. Son- somos expertos en la nostalgia y la búsqueda de experiencias nuevas. Esto, por cierto, nos convierte en excelentes target para una cantidad enorme de negocios. Las agencias de viaje, los restaurantes, los bares, las tiendas exclusivas, están repletas de gente de entre 18 y 40 años siempre ansiosos de algo mejor, nuevo o delicioso.


Este tipo de comportamiento ha obligado incluso a ciertas marcas y sectores a sofisticarse: estamos en la era de los servicios VIP, HD y PREMIUM. El ir al cine por ejemplo, se ha convertido hoy por hoy en algo mucho más que un ejercicio recreativo o de entreteminiento. No sólo se trata de ver una película en un asiento cómodo sino en un reposet de piel, con una copa de vino y con un mesero que te entrega una carta de snacks con un toque gourmet. Incluso los representantes de una de las marcas de cafeterías con mayor presencia en las principales ciudades han declarado en entrevistas para revistas de negocios que lo que ellos ofrecen y venden no es sólo café, sino la experiencia: sillones cómodos, internet súper veloz, permanencia voluntaria y que te llamen por tu nombre.


En lo personal todos estos servicios y lujos me parecen de lo mejor. ¿A quién no? ¿Por qué es necesario que seas una aguafiestas, Diana?


Porque se hace necesario pensar en la cantidad de energía psiquica que invertimos en lo que nos da placer inmedianto.


Porque es muy importante aprender a priorizar los aspectos más relevantes de una vida de calidad como lo es la salud física y emocional, las necesidades básicas cubiertas, la educación y la paz que provoca no tener deudas.


Porque es indispensable enseñar a las nuevas generaciones a disfrutar con medida y responsabilidad y el único camino para lograr este propósito es dosificar los satisfactores que a veces otorgamos sin medida.

Porque a veces no reparamos en que nos sometemos a cantidades muy grandes de trabajo y de esfuerzo sólo por tener acceso al exceso.


Y por último, porque nunca está de más recordar que un elemento que nos ayuda a tener una vida equilibrada, feliz y que no dependa de dosis enormes y diarias de placer localizado en lo exterior, es un tratamiento psicológico eficaz.

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