Las niñas son maravillosas
En el salón de clases con pequeños y pequeñas de primaria es muy común ver niñas fuertes, hábiles, inteligentes, rápidas, resistentes y divertidas, se consideran a sí mismas poderosas, aún sin decirlo; sin embargo, no es poco común ver niñas en secundaria siendo inseguras de su cuerpo o portándose como damiselas en desgracia que necesitan ser rescatadas.
Dejando a un lado las inseguridades que causan a todas las personas los cambios normales del crecimiento, la rareza con la que percibimos nuestro cuerpo y las dudas de identidad que aparecen con la adolescencia; podemos enfocarnos en nuestras niñas ¿como hacer para que ellas sigan siendo y sintiéndose fuertes, valientes e inteligentes?
Empíricamente he observado algunas de las razones constantes cuando las niñas al crecer dejan de creer sobre ellas mismas lo que antes ni siquiera dudaban:
Creen poco en su instinto.
Tienen referencias femeninas negativas (“las mujeres son problemáticas” “todas las mujeres están locas”)
Creen que para ser amadas deben cumplir con un rol débil (distinto a vulnerable)
Tienen pocas relaciones profundas entre mujeres.
Creen que deben cumplir expectativas (de cuerpo, de comportamiento, de look) para ser felices.
Las anteriores razones no son necesariamente aspectos visibles, comúnmente se tratan de actos sutiles, con palabras escondidas en un discurso cotidiano, lo cual hace más complejo la comprensión y cuidado de las mismas.
Las niñas son maravillosas, es el título de este artículo y es cierto, las niñas son seres hermosos, son fuertes, son listas, son capaces y creativas, este es el primer punto que debemos tener claro, no es algo que se necesite decir diario, es algo que se debe saber, que debe estar claro en cada adulto que se rodee de niñas.
Ahora, en asuntos más tangibles podemos numerar los siguientes:
Valida las emociones de tus niñas — si se sienten inseguras, temerosas, enojadas; evita decirles que no se sientan así, lo que sienten es real, puedes moldear una conducta si la pone en riesgo o pone en riesgo a los demás pero es importante que pueda confiar en ella y la forma más profunda de hacerlo es no tener que pelear con lo que siente, saber que tiene una razón para ello y que puede hacer algo al respecto.
Dale oportunidades diversas — si le gusta bailar, invítala a probar diversos ritmos, si le gusta correr, que lo haga en diversos deportes, toque instrumentos.
Evita a toda costa los estereotipos — no hay cosas de niñas o de niños en los juegos, en las formas de vestirse o en las películas, deja que pruebe todo, jugar con carritos o bebés da lo mismo, ver una película de superhéroes o de bailarinas está permitido y hazlo sin juicio.
Cuida tu red de amigas — si las niñas ven que mamá y papá valoran a las mujeres que tienen alrededor, sabrán que existen mujeres sanas, que las mujeres merecen ser amadas siendo ellas mismas, que habrá personas que no te agraden pero es independiente al género.
Cuida tu lenguaje — observa tu forma de hablar sobre las mujeres y cuida que no te refieras a ellas siempre en relación a su físico, habla de ellas con respeto y admiración.
Observa y dilo — pon atención a las virtudes de tu niña y habla de ellas, virtudes que no tengan que ver con su físico, puede ser una niña hermosa, asegúrate de que sepa que también lo es por dentro, que estas menciones sean reales y concisas “¡wow! Veo que corres muy rápido y no te cansas” por ejemplo.
Mujeres exitosas — investiga historias de mujeres inteligentes, valientes, amables, fuertes y cuéntales sobre ellas en forma de cuento.
Por último, si te sientes incómodo o incómoda con estas recomendaciones, observa la percepción que tienes sobre las mujeres, si sientes que tus ideas no te permitirán transmitirle a tu niña lo maravillosa que es o tu relación con otras mujeres es conflictiva o no te sientes cómodo o cómoda rodeado de mujeres, tal vez la opción es la búsqueda de ayuda profesional.