Barriga llena, corazón contento
- Psic. Annabel Garrido
- 10 ene 2018
- 2 Min. de lectura
COCINAR CON AMOR, TE ALIMENTA EL ALMA

Llego a casa después de un día de trabajo, y escucho a lo lejos la voz de mi abuelita gritar ¡¿Quieres comeeer!, mientras estoy comiendo el guiso, me pregunta de forma amorosa, ¿Quieres más?, unos minutos después me pregunta de nuevo ¿Qué vas a querer de cenar? ¡A veces pienso que me lleno más de la comida que me quiere dar de lo que en realidad como!
Me parece que mi abuela como muchas personas utilizan la comida para demostrar afecto, ahora recuerdo que mi bis- abuela decía que: Sí la comida te salía muy picosa era porque la habías hecho enojada, y, sí recuerdo las enchiladas que le metía a mi abuela y a sus hermanos. Alguna otra ocasión escuche decir a mi abuela que no me comiera un platillo que nos había regalado una vecina que le caía re-mal, me dijo: ¡Tira eso, que tal si trae brujería!
Creo que los seres humanos utilizamos la comida para expresar, manejar y en muchas ocasiones intentar controlar nuestros estados afectivos, nos ayuda a generar vínculos tanto internos como externos y de la misma manera que como en los seres humanos, ese vínculo es ambivalente, con sus momentos buenos y malos, se puede convertir en nuestra amiga incondicional o en una enemiga silenciosa pero muy feroz. Dejamos de comer cuando estamos enojados o comemos demasiado cuando nos sentimos vacíos, celebramos algo importante y hacemos una comida en casa, estamos tristes porque nos dejó el novi@ y en ese momento el helado se convierte en nuestro mejor amigo… ¡Y hasta cuando alguien se muere nos dan de comer!
Pareciera que la comida funcionara como un enlace entre mundo interno y mundo externo, con tacos te digo que te quiero y si rechazas mis tacos es que no me quieres.. ¡ja!
con comida puedo expresar lo que mi corazón tiene por dentro, creo que cuando la comida se convierte en como nuestra enemiga es porque nuestro corazón está lastimado.
