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Disfrutas comer emocionalmente?

Comer emocionalmente

Déjenme les cuento mi propia historia. La de éste último Guadalupe Reyes. Pensé que todo sería normal, algunas comidas, un par de brindis y uno que otro episodio de indigestión y hasta ahí. Pero no. El día 31 desperté en plena madrugada con los síntomas de una infección intestinal.


La situación me hizo reflexionar sobre la incapacidad de decir basta a tiempo, de distinguir entre un exceso eventual y uno reiterado que se convierte en una crisis de salud y posteriormente en una especie de estado depresivo.


No sólo porque me perdí la cena de año nuevo y cada uva que traté de comer fue una pequeña bomba a mi adolorido sistema digestivo, no. Fue la falta de auto control lo que me dolía, lo confieso, el haberme percibido tan ávida de algo que no pude identificar sobre la marcha y me llevó a colapsar.


El cúmulo de emociones que todas las personas experimentamos con mayor sensibilidad en las fiestas decembrinas nos lleva, con frecuencia, a comer en exceso. Es un “comer emocional” por llamarlo de alguna manera y nadie está exento de caer en ello.


Por eso es importante tomar conciencia de nuestro estado emocional con frecuencia para poder ejercer control sobre lo que consumimos, ya sea comida, compras, alcohol, etc. Sólo así podremos poner fin a los excesos en el consumo durante todo el año y en la época más complicada, diciembre, estaremos por lo menos en posición de escucharnos y retomar algunos hábitos del año. El poder sobre la comida no es un mito ni funciona por temporadas, al contrario, es un recurso que se desarrolla, hay que practicar porque no se enciende y se apaga como luces navideñas.

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