Mujeres poderosas
- Psic. Marisa Lablanca
- 1 mar 2018
- 1 Min. de lectura
Reflexionar acerca de las mujeres resulta, a menudo, una tarea ardua.
En esta postmodernidad, en que los roles y elecciones femeninos, se abren como un gran abanico multicolor, esa reflexión, se complejiza mucho más.
Es una obviedad que las mujeres “maduras”, en su gran mayoría, portamos un millón de mandatos y que venimos hace unos cuantos años, intentando aligerar nuestra mochila de deberes.
Vamos aprendiendo a bucear nuestra identidad, y probablemente a partir de ello, es que aprendemos a sanar heridas amorosas y/o emocionales, muchas de las cuales son legado de la educación patriarcal.
A medida que buceamos nuestro interior, y descargamos el equipaje pesado, empezamos a dirigirnos, sin saberlo, hacia el mundo de nuestros propios deseos.
La más linda y una de las más importantes elecciones que hacemos en la vida, es decidir con quién queremos envejecer. A quien abriremos nuestro corazón, en esencia, salvaje y libre para aprender a ser felices.
Elegir en libertad, desterrando mandatos milenarios y patriarcales, nos vuelve genuinas y poderosas.
