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Qué emoción! niño? o niña?

¡¡¿Es nene o nena?!!

La asignación de género comienza desde antes de nacer, en el momento en el que los padres conocen el sexo del bebé de acuerdo a la apariencia de sus genitales, al elegir un nombre, la cuna, ambientar su cuarto y juntar objetos tales como: muñecas y ropa de color rosa si es niña y camiones y ropa de color azul si es niño. De esta forma, el núcleo familiar orienta lo que será el desarrollo de su identidad de género y reproduce los roles de género, que son las caracteristicas sociales, culturales y psicólogicas (formas de sentir y comportarse, actitudes y habilidades, roles en la sociedad, etc.) que una sociedad considera apropiados para una persona de acuerdo al sexo biológico que posea. En la mayoría de los casos, los niños alinean su identidad de género en relación al sexo, otros no y algunos incluso sienten que no “encajan” en ninguno de los dos casilleros. Es importante reconocer que esto no es culpa de los padres ni es una equivocación del niño.


La identidad no está determinada por la anatomía pero tampoco se recibe desde lo social/familiar sino que implica un proceso de construcción que comienza antes del primer año cuando el bebé logra reconocer el propio cuerpo como un todo y percibirse como una persona distinta al otro de los primeros cuidados, y dura toda la vida. La identidad de género de una persona refiere a la conciencia de reconocer la pertenencia al género femenino o al masculino (cis, transgénero, género fluído) independientemente de su órgano sexual, el género asignado al nacer y la crianza u orientación sexual. Hay otras personas que no se reconocen en ninguno porque no conciben la división de géneros sólo en dos formas (tercer género o intergénero, género neutro).


Justamente por ser una construcción, la identidad de género puede modificarse con el tiempo. Sin embargo, que los Estados e instituciones tengan una representación binaria del género, trae dificultades como la siguiente: Si los padres deciden criar a lxs bebés, sin las restricciones que implica ser clasificado como varón o mujer hasta que tenga la consciencia y el manejo del vocabulario necesario para poder decir quién es, ¿Cómo es posible llevarlo a cabo si nuestra sociedad le da una gran importancia a la asignación de género que se ve reflejada en el DNI?.


Para continuar reflexionando sobre este tema, conviene detenernos en el nacimiento de bebés intersexuales, que son aquellxs que nacen con cromosomas masculinos y femeninos o sus genitales tienen características de ambos sexos. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el servicio de Urología del Hospital Durand, es el único en el que se realizan cirugías de cambio de sexo. Allí, se recurría a un análisis cromosómico y según cuales sean los resultados -XX o XY- los padres decidían si avanzan con una cirugía o si esperarían unos años a que uno de los sexos se manifieste y el otro se atrofie.

Actualmente, la Ley de Identidad de Género, prohibe la intervención quirúrgica en estos casos, los médicos ya no pueden sugerir ni los padres decidir sobre el sexo e identidad de su bebé. Pero un punto incluso a cuestionar de la Ley mencionada es que indica que una persona puede solicitar la modificación física o legal de “sexo” pero no admite la posibilidad de no inscribir a lxs recién nacidxs en la división tradicional: F o M. Países como Australia, Alemania y Nueva Zelanda, permiten que los bebés intersexuales sean registrados bajo una nueva categoría denominada “x” o "sexo indeterminado", lo que posibilita que más adelante, puedan escoger, si quieren, estar bajo la categoría masculina o femenina o quedarse bajo la misma categoría y no tener que escoger en ningún momento de su vida entre las dos opciones, pero es solo para los casos de intersexualidad.


Es conclusión, tenemos tan interiorizados la división del género, que lo primero que preguntamos cuando se toma conocimiento de la futura llegada de un bebé es:¿Será niño o niña? y esa respuesta la dará un médico al ver sus genitales, sin comprender que el ser niño o niña va más allá del cuerpo. Preguntar por los órganos sexualesdel bebé creyendo que estos tienen algo que ver con los gustos que tendrá posteriormente demuestra como funcionan los roles de género.

Por eso mismo, ¿resulta necesario que una persona tenga que marcar obligatoriamente en una casilla cuál es su género, incluso antes tener conciencia de su identidad?


El DNI Argentino muestra la gestión de la corporalidad y de la subjetividad de las personas siendo que sostiene una representación binaria del género basado en lo biológico, al incorporar el dato del “sexo: Femenino o masculino” para determinar quién sos, más allá de que por Ley, todas las identidades de género auto-percibidas deban ser respetadas.



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