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¿Modelas o prohibes?

“Modelas o prohíbes”

Por lo general cuando se habla o se escucha la palabra “abuso” se relaciona a connotaciones negativas y no es de sorprendernos ya que de acuerdo a su etimología nos remite a un uso contrario o inapropiado de lo que sea que haya en cuestión: un derecho, una idea, una conducta, una sustancia…


La adolescencia es un periodo particularmente fértil para el uso y abuso de sustancias por diversas razones, aquí te comento algunas para finalizar con algunas estrategias de prevención.


Pensando que los adolescentes viven en la inmediatez y se encuentran experimentando y probando nuevas experiencias que les brinden placer, las drogas parecen ofrecerles ambas a un “bajo costo”, teniendo en cuenta que sus efectos son rápidos e invariablemente producen una sensación placentera. Si a ello le sumamos la desinhibición que por lo general acompaña los estados de intoxicación, los adolescentes se liberan temporalmente de lo moralmente correcto, de lo establecido, de lo socialmente aceptable , para dar rienda suelta a lo que quieren decir, sentir o hacer en ese momento sin tomar en cuenta códigos éticos o conductuales.


¿Qué marca la diferencia entre un uso y un abuso? Yo te diría que dos puntos clave: 1) frecuencia con que use la sustancia y 2) el motivo que hay detrás de su uso. No es lo mismo beber ocasionalmente en fiestas que beber todos los fines de semana así ¿o sí? Debemos tener especial cuidado en observar si bebemos o nuestros hijos beben por el deseo de pasarla bien, por el gusto al sabor o en su defecto para intentar dar salida a una tristeza o enojo.


¿Cómo puedes prevenirlo? Es importante que en casa haya el clima y el espacio para hablar de cómo nos sentimos y evitar usar frases como “aquí no se llora, llorar no sirve de nada”; las emociones son parte intrínseca de la existencia humana en todo su abanico de posibilidades y el pretender negar algunas de ellas lejos de ayudar solo empeora el panorama a la larga. Otro punto central es observar qué ejemplo damos en función de aquello que queremos erradicar o controlar en nuestros hijos, es decir, es difícil o incongruente sugerirle a alguien que no fume mientras que yo sostengo un cigarrillo en mi mano; finalmente el mensaje que generará un mayor impacto no es aquello que decimos sino lo que hacemos. ¿Tú cómo o desde donde modelas ?


Finalmente recordar que aquello que tiene la connotación de “prohibido” adquiere automáticamente un toque de “deseable” por lo que más allá de prohibir, te sugiero informar a tus hijos en torno a las sustancias y conductas que se pueden convertir en adicciones; como los video juegos, las apuestas y por último las redes sociales. Estudios recientes arrojan que algunas reportan un deseo incontrolable por acceder a las redes sociales y cuando no lo logran su estado de ánimo sufre las repercusiones que giran en torno al enojo, la tristeza, desesperación y frustración entre otros.

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