Abusadores en silencio
Abusadores en silencio
Dejar de hablar a alguien es un método muy efectivo de castigo emocional. Es una herramienta utilizada por ciertas personas como método de expresar su enfado. En ocasiones, el silencio como castigo se lleva a cabo para conseguir que la otra persona acabe aceptando nuestros deseos. Acaba convirtiéndose en una manipulación.
Lo ideal cuando se produce algún conflicto es hablarlo, es de ese modo como se soluciona todo, pero el dejar de hablar a la otra persona, lo único que consigue es introducir más tensión a la problemática y que la otra persona acabe sometiéndose si quiere arreglar las cosas.
El silencio como castigo no deja de ser una lucha de poder, con ese silencio la persona manipuladora intenta someter a su víctima, cuya autoestima bajano soporta que la persona que quiere le deje de hablar. Con ese tipo de silencio no se consigue arreglar los conflictos, sino el sometimiento de los demás.
Y realmente podemos entender que el silencio como castigo es una actitud infantil, pero a la persona manipuladora le sirve para doblegar las voluntades de los demás. De ese modo tendrá a personas capaces de hacer lo que sea por no obtener su silencio.
El silencio en sí puede tener miles de significados, muchos de ellos tienen un carácter violento y manipulador.
Dejar de hablar a alguien es asumir un perfil pasivo-agresivo. Es decir, se está violentando a la otra persona sosteniendo una actitud pasiva.
Este tipo de acciones son tan agresivas y hacen tanto daño en la persona a la que va dirigido como una agresión directa. El silencio es tan nocivo porque se convierte en algo que es susceptible a cualquier tipo de interpretación.El silencio como castigo es un método nefasto para la resolución de problemas, ya que no los resuelve, sino que se somete a la parte más débil del propio conflicto.