¿Amamos o dependemos?
¿Amamos o dependemos?
Usualmente la idea romántica del amor, es morir por él, si hace falta. La realidad es que muchas veces las relaciones guiadas por este precepto, nos hacen olvidar hasta nuestra propia identidad. Quizás el miedo a la soledad, a la perdida, al abandono; son muchas veces los motores para sostener este tipo de relaciones.
Sin embargo, desde una perspectiva de género, dentro del seno familiar, aspectos y mandatos sociales, culturales, morales, etc., determinan en mucho a las mujeres “convertidas” en esposas o mamás a desempeñar roles codependientescomo una forma de expresar afecto u obtenerlo.
Mandatos patriarcales dan lugar también a una codependencia ideología donde el valor como mujer esta, en el tipo de relación o familia que puede construir, un mandato que en el hombre no se le impone con tanta severidad. Esto determinantes sociales dan lugar a que las mujeres acepten formas de maltrato para no quedar expuestas hacia el juez social, uno que es sumamente exigente con ellas. Dentro de esta encrucijada ideológica y social, aspectos psicológicos como falta de confianza y autoestima, productos de heridas narcisistas, sostienen esa dependencia a ser y sostener “lo que está bien” aunque sea displacentero, ya que justamente eso me da valor como persona.
Cuestiones económicas también se ponen juego, en la desigualdad que propone lo social, muchas veces la mujer depende económicamente del hombre, lo que da lugar a una exigencia: tolerar situaciones de maltrato, que vulnera su identidad y dignidad.
La lucha por el cambio, dio lugar a crisis ideológicas que rompen con las estructuras que encasillaban y esclavizaban a la mujer en un rol displacentero para acceder a cierto lugar social.
Quizás el desafío que toda relación sana implica es aceptar y hacerse responsable de que habrá momentos felices y angustiantes. Desde una posición que empoderé nuestras propias metas y actitudes, sin menospreciar a estas por un amor o relación, que nos aleje del deseo, es decir, que nos deje dependiente e inmóviles de otro o una idea-modelo de felicidad.
