Los niños también son afectados por el machismo
Los niños también son afectados por el machismo
Hace poco vi en uno de esos grupos de mamás una pregunta con evidente angustia sobre alguien cuyo hijo quería tomar su maquillaje, en el mensaje existía la justificación de que estaban juntos todo el tiempo (mamá-hijo) que ella no juzgaba pero no creía que su hijo tuviera tendencias homosexuales porque su pequeño era muy “coqueto” y andaba tras las niñas, hasta se vanagloriaba de que le enseñaba a sus familiares a no llamar a las personas homosexuales de forma despectiva, en las respuestas le sugerían distintas acciones, incluido que le comprara su propio maquillaje y lo pintara de súper héroe (haciéndose la súper aceptante) y absolutamente todas se dedicaban a tranquilizar a la mamá sobre las preferencias de elección de pareja de su hijo de cuatro años. Leí todas las sugerencias asombradas de que nadie defendiera el derecho del Niño tanto de elegir cuáles serán sus preferencias como el de poder jugar libremente; y es que los pequeños ponen en juego todo lo que observan o viven, toda su experiencia se revive en el juego. El problema aquí es que como consecuencia de una expectativa de lo que los niños deben ser, se espera que su juego sea de alguna manera y esto es guiado por los prejuicios adultos y miedos infundados por los mismos. Por un lado, el juego es el lugar donde los niños deben tener más libertad, por lo que un juego debe ser respetado como simbolismo del mundo interno y por el otro, en el supuesto caso en el que el pequeño si tuviera un deseo de orientación distinta a la heterosexual, también es un aspecto que debe ser respetado. Es así que los miedos adultos y lo que la sociedad dice que debe ser un hombre, en este caso un niño, define como debe comportarse y hasta a que debe jugar, es momento de detenernos a observar los prejuicios adultos, las expectativas que tenemos sobre nuestros hijos (todos las tenemos, aún de forma inconsciente) y cuestionarlas, me parece que en estos tiempos es inaceptable sobreponer las ideas de género a la libertad, felicidad y desarrollo de nuestros niños. Así que, si, el machismo afecta a todos, también en la libertad de ser quienes son los varones, erradicar estos prejuicios e ideas de género es esencial para criar niños felices y libres.
