El suegro que jamás querría como abuelo de mis hijxs
El suegro que jamás querría como abuelo de mis hijxs.
El día en el que se está escribiendo la presente entrega es 25 de Noviembre, que se conmemora el día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres y las niñas.
En temas de violencia de género se puede llegar a pensar que esta únicamente está presente en manifestaciones explícitas. Mismas que pueden llegar a ser golpes o gritos. No obstante, la violencia se gesta (digo yo, se cocina) en actitudes, conductas y lugares comunes de lo más cotidiano.
En la formación para ser terapeuta de pareja pude revisar que muchos de los autores que revisamos afirmaban que cuando tomas la decisión de elección de pareja, muchas de las veces está comprometida también la elección de la familia política. Uno no viene sólo, uno viene en tribu. Y aún cuando hay casos en los que tal vez no se tenga una relación directa o físicamente cercana con la familia de origen existen significantes, contenidos inconscientes, costumbres y contenidos que son herencia de nuestro grupo primario y que están siempre presentes en nuestro pensar, sentir y actuar.
En México, de la suegra se habla mucho. Esto no es casualidad. En nuestro cultura, profundamente machista nos vamos con todo sobre las mujeres. Las suegras no son la excepción y les echamos la culpa de todo: que si tienen la responsabilidad de haber educado hijos así, que si son entrometidas, etc. Sin embargo en esta ocasión hablaré de los suegros. Estos miembros de los que curiosamente, se dice muy poco.
Un suegro eventualmente será un abuelo. Esto quiere decir que formará parte de nuestras vidas. Y los mensajes que son transmitidos por los suegros de manera generacional tienen una influencia importante en la familia y en la crianza de los niños.
“Los hombres no lloran”, “Ese es mi hijo” (ante una hazaña sexual), “Las viejas como las pistolas: cargadas y en un rincón”. Imaginen todas estas frases emitidas por el padre del compañero que elegiste como pareja de vida. Escalofriante. No?
Reflexionar en eso nos hace re pensar en dos puntos principales:
Es importante considerar que cuando escoges un esposo y un padre para tus hijos, lo escoges en bloque. Es decir, hay que tomar en cuenta que no nos comprometemos con un individuo aislado sino con todo sus sistema familiar.
Para poder visibilizar, resignificar, reparar y ser libre de los mandatos familiares violentos que no son recomendables, es siempre SIEMPRE útil un proceso psicoterapéutico.