Los niñxs que se deben ver felices
Los niñxs que se deben ver felices.
Por supuesto que todo mundo disfrutamos de la sonrisa de un pequeño y más si le queremos, sin embargo, este gusto se ha vuelto obsesivos en algunas ocasiones, tengo el ejemplo de un niño a quien para que sonriera en la foto lo amenazaban con un pellizco o aquella niña que si estaba enojada mejor se tenía que ir a su cuarto; estos ejemplos fuera de contexto pueden parecer exagerados pero la realidad es que en el día a día hay una exigencia obvia y sutil a las personas para ser felices y los niños no se salvan.
Las emociones
Este tema lo he dicho antes y lo recalco cada vez que puedo, las emociones no se controlan, se modelan y trabajan las formas de reacción de las mismas, de esta manera, todas las emociones existen, son válidas y sirven para algo.
El peligro que se pone en no validar las emociones tempranas radica en que al crecer los mismos niños se invalidan, lo cual provoca dificultad en saber quiénes son genuinamente y una necesidad constante de ser aquella persona que agrada, además de que pone el riesgo a adolescentes, niños y adultos que creen que no pueden confiar en sus instintos.
¿Por qué la necesidad de que sonrían?
Aunque todos tenemos el deseo de que nuestros niños sean felices, no podemos obligarlos a que lo sean, ni a que no sientan otras emociones, esto le da el mensaje a los pequeños de que sólo si son felices pueden ser amados pero es un acto realmente difícil respetar el enojo, la tristeza o la frustración de nuestros niños ya que nos amenaza con nuestra propia niñez, nuestros dolores, enojos, frustraciones y con nuestra propia crianza.
¿Qué hacer?
Para no caer en el vicio de obligar a nuestros niños a que sólo tengan derecho a ser felices podemos hacer algunas acciones:
Obsérvate y analiza que tanto aceptas tu enojo, tristeza y otras emociones consideradas negativas, trabaja en ellas.
Observa como actúas cuando tu pequeño tiene estas emociones
Refleja describiendo la accion y la emoción que se ve en vez de pedir que la cambien “veo que te frustró mucho que yo no te comprara ese juguete”
Da opciones de respuesta cuando el pequeño esté tranquilo.
No te vayas o los alejes, eso da el mensaje de que les quieres en su totalidad, no solo cuando actúan como tú quieres
Habla de todas tus emociones clara y honestamente.
Recuerda que si notas que alguna se estás acciones es dolorosa o no la puedes llevar a cabo, lo mejor es que busques ayuda profesional.