El primer cumpleaños de mi bebé
El primer cumpleaños de mi bebé
Les confieso que orgullosamente gracias a mi preparación, experiencia, empatía o pura suerte me ha pasado poco ahora que soy mamá que me contradigo en lo que pensaba previamente a serlo pero hay un tema que aún los primeros seis meses de nacimiento de mi bebita pensé que no haría y esa es festejarle el primer año “no se acordará” pensaba, aumentando que nació en verano y nos encanta viajar, pensaba que era suficiente con un viaje; mamá, papá (quien cumple años el mismo día que ella) y la cumpleañera; sin embargo, a dos meses para su cumpleaños pensé que le haría una pequeña celebración y hoy, a días para el mismo, tenemos dos fiestas organizadas. Ahora les comparto el porqué de esta decisión: Cuando Azul nació (así se llama mi bebé) todo se iluminó, no solo para mi que soy su mamá; su papá, un hombre cariñoso y lleno de amor, multiplicó las maneras que tiene para demostrarlo, se ha vuelto consciente de si mismo, del entorno, de ella, lucha por igualdad femenina, lava pañales, se apura para estar con nosotras más tiempo (cuando es una persona que no le gusta la prisa y que solía llegar tarde) su abuelo se ha vuelto a tirar al piso como cuando fue papá, planea a futuro, no puede evitar entrar a una tienda y comprarle algo, se le ilumina la cara cuando la ve; su abuela, quien es una mujer práctica y eficaz, se toma horas para cargarla, pasearla, mirarla; estudia, lee y escucha sobre la manera más respetuosa de acompañarla, es la mamá-abuela más amorosa, más cariñosa, le hace guisos deliciosos, va hasta donde ella esté para verla, se ríen juntas, se abrazan, sin duda es una de las personas favoritas de Azul, la única que muchas veces prefiere sobre mi; sus tías, mis hermanas, han encontrado otra manera de amar, se les nota que explota su corazón cuando la ven, se parece mucho a mi hermana menor (quien además es mi mejor amiga) y se han descubierto en lugares cómplices, Azul tiene su inteligencia y cachetes, la tía “nunca había sido cariñosa” (en sus palabras) hasta que la conoció En el trabajo, al cual Azul me acompaña desde muy pequeña (amamos el fular) ha cambiado todo, las y los compañeros la aman, buscan su bienestar, me cubren cuando ella lo necesita, la llevan a pasear, la apapachan, el ambiente laboral sin duda se ha vuelto más dulce desde que Azul existe... ¡y mis alumnos y alumnas! A pesar de no estar tan lejanos de la edad de mi pequeña son como su familia, han aprendido del respeto, son observadores detallistas, son empáticos como pocas personas, la escuchan, se han vuelto muy pacientes, les he visto crecer de corazón y mente a través de Azul. Y así, mi pequeñita ha cambiado tanto este mundo, ha recibido y dado tanto amor, nos ha iluminado con una cálida y brillante luz que no puedo imaginar no celebrar el primer año de su llegada a este mundo, aún si no lo recuerda quiero que lo sepa, que sepa que su existencia es lo más celebrable que me ha pasado.