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Ejercicio de la espiritualidad


¿A partir de qué se desarrolla la espiritualidad? ¿Qué significa tener fe? ¿Qué significa trascender?

Cronológicamente el primer punto de acuerdo en relación con el desarrollo espiritual lo ubicaría en la necesidad de supervivencia de las comunidades primitivas cuyos sentimientos tenían que ver con la satisfacción de las necesidades básicas, la continuidad de la especie y la necesidad de guiar a la comunidad de aquellos que se convertían en los líderes, pero esa posición no garantizaba ni el conocimiento absoluto, ni el control total y en ese proceso se van conformando las lenguas, ya sea por acuerdo y probablemente para el grueso de la comunidad por necesaria imposición para poder tener formas generalmente aceptadas de comunicación.


Pero a pesar de tener ya una forma de comunicarse, la necesidad de mantener la unidad ante fenómenos más allá de la comprensión de los sabios o más experimentados de la comunidad, surge la necesidad de denominar a la o las causas de dichos fenómenos, para lo cual se acepta que hay uno o varios entes superiores que de acuerdo con su estado de ánimo provocan eventos que favorecen o lesionan el bienestar de la incipiente sociedad. Afortunadamente al mismo tiempo se establecen normas de comportamiento que garanticen la supervivencia y el fortalecimiento del tejido social.


Con el tiempo estas creencias dan lugar a la necesaria jerarquización de los integrantes y con ello a la diferenciación social para el control y detención del poder a través de los paradigmas necesarios para cada grupo social que con el tiempo va creciendo y se establecen las civilizaciones que más adelante interactúan con base en sus fortalezas, sus propios paradigmas, ya para entonces convertidos en religiones y sus diferentes estructuras de poder, teniéndose sistemas de validación convergentes a la figura de los representantes de un dios o dioses en las personas de reyes, emperadores, faraones, sumos sacerdotes o cualquier figura que garantizara la subjetiva posibilidad de alcanzar estado de gracia con las divinidades a partir del ciego y estricto cumplimiento de los mandatos de esas deidades, sancionado siempre por esas figuras de poder, sabiduría y autoridad moral incuestionable.


Es a partir de esto es que se genera primero, la necesidad de creer en la causa divina de lo inexplicable como un acto de fe, definiéndose así el sentido de trascendencia como la posibilidad de mantenerse en esa gracia a través del conocimiento de los principios morales y sus paradigmas de comportamiento social, para finalmente definir a la espiritualidad como la capacidad de abstraerse e identificarse con el conocimiento de esos principios y el auto respeto físico al menos.


Es claro que las culturas con mayor tiempo de evolución en el sentido de la integración de los fundamentos morales, el aprecio del valor de la persona como individuo y la armonización con el medio ambiente, son las Orientales y el hinduismo específicamente es considerado la religión más antigua del mundo, y considerado como uno de los orígenes del Yoga y tiene un carácter politeísta y a diferencia de los cristianos y de los mahometanos, no define un fundador y a cambio de ello tiene al karma como fundamento y unificación vitales, como la esencia de la vida.


La ventaja en tiempo de esta religión y sus derivadas la coloca desde mi punto de vista como una estructura filosófica muy sólida y con ello como ejemplo a seguir, como difícilmente controvertible por no acusar alguna posible intención política que gracias al lenguaje se pueda convertir en lo que pueda parecer manipulativo de la ignorancia o la debilidad de las personas, por tratarse también de una filosofía que establece un principio de unidad con lo que es, ha sido y seguirá siendo de forma natural, eliminando la pretensión como otras religiones, de adaptarse a la vertiginosa evolución tecnológica, que si bien debiera favorecer la disposición mental y aún física por efecto de la liberación de tiempo para que los seres humanos nos dediquemos más a evolucionar como lo que pretendemos, se ha convertido mejor en un factor de crecimiento del materialismo y de tergiversación del orden ontológico.


Con lo anterior no pretendo decir que las religiones más nuevas sean malas, simplemente creo que la forma en que se ha manejado el proselitismo en algunas religiones, a partir de la actualización lingüística de filosofías orientadas al monoteísmo en civilizaciones más jóvenes, las hace o indiscriminadamente incluyentes o exacerbadamente discriminativas por conceptos ya raciales o bien ideológicos, que confunden las creencias y colocan al individuo en una posición de impotencia práctica para ser mejor y aunque esta no sea la intención, normalmente se infiere la necesidad de subyugación al ser supremo para alcanzar la trascendencia a través de un buen comportamiento de acuerdo con los estamentos propios de la religión de que se trate y del sometimiento al conocimiento y peor aún al ejercicio discrecional del poder de los líderes de las corrientes filosóficas y/o religiosas que ya en cada día más casos desvirtúan la intención original de lo que promueven o probablemente la confirman.

De aquí que las preguntas con las que inicio mi disertación estén encontrando cada vez más sentido en las filosofías orientales con orígenes más antiguos, que lejos de acusar la necesidad de ceñirse a estructuras con jerarquizaciones perniciosas al valor del individuo promueven la integración del ser humano para su integración armoniosa con su entorno, eliminando desde mi punto de vista, la necesidad de una filiación dogmática a religiones con estructuras en las que lo primero es reconocerse cómo débil e ignorante., con la consiguiente confusión, seguida del debilitamiento de la conciencia y de la misma voluntad de ser mejores personas, pues el referente básico se ve difuso, muchas veces anacrónico y por tanto no es capaz de provocar una aspiración para evolucionar en la dirección propuesta.

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