El "No" de un niño
Respetar el no de la niñez
Continuamente me he encontrado con situaciones que parecen inocentes donde un adulto, que ama al niño o niña que tiene enfrente no puede respetar que le diga que no, “no quiero que me beses” “no quiero que me cargues o abraces” “no quiero eso” y es que al ser seres pequeños es relativamente fácil llevarles a hacer algo que no desean, he escuchado “pero yo si quiero que me bese” o “es por educación” y es totalmente falso, los adultos no besamos o abrazamos a quien no queremos, tampoco prestamos nuestro coche si no queremos hacerlo, es una cuestión de poder y falta de respeto a la niñez, el obligarles a besar, abrazar, prestar no los hará más educados, pero si los hará dudar de sus deseos y de si estos deben ser respetados o no. Al cuidar que un niño o una niña diga no y se lo respetemos logramos mucho más de lo que perdemos; logramos que la personita en cuestión respete su instinto, para más tarde cuidarse de situaciones peligrosas, hace que se sepa valioso y respetado sin importar la edad, provoca que conozca sus emociones y pueda manejarlas, mejora el vínculo con el adulto, le ayudará a saber que este adulto es confiable y es alguien que le creerá y tomará en cuenta su sentir. Por supuesto qué hay situaciones donde no cabe el no, como cuando hay que irse de un lugar, se debe poner la chamarra o se debe alejar de un sitio peligroso; pero en estos casos no hay pregunta, el adulto toma la decisión de bienestar y además si en situaciones de autonomía y de respeto del cuerpo se respeta el no infantil; en situaciones donde no hay opción de negarse, el mensaje claro que se da es el de el papel del cuidador, no de superior o dominador. Así que hagamos la práctica, respetemos el no infantil aún cuando nos hayan enseñado distinto, aún cuando el deseo adulto nos indique distinto; los niños y las niñas podrán integrar de mejor manera su instinto y deseo, para que al crecer esto no se convierta en conflicto.