top of page

Madre, Fertilidad, Fuente de vida

Las deidades antiguas solían representar un balance ente la naturaleza y el ser humano. No debe sorprendernos que muchas de esas deidades, eran deidades femeninas que, precisamente, brindaban equilibrio entre ambos.


Antes de la llegada del cristianismo y de que éste modificara las formas y los modos en los que el culto a las deidades femeninas se practicaba, éste se extendió a todo lo largo y ancho del mundo. Dependiendo de la cultura, se le daba cualidades y características a esas deidades femeninas muy particulares pero, sobre todo, estaban relacionadas a la fertilidad tanto de la tierra como del humano. Y era así, porque la mujer, obviamente, es fuente de vida. En ella se gesta la vida y ella termina dando la vida. Era lógico que su culta se relacionara a este aspecto en particular.


Y así como la tierra y la madre dan vida, también lo hacía el agua. Las deidades acuáticas de la antigüedad son muy interesantes porque reúnen todas las características que mencioné anteriormente. La importancia del agua para las culturas antiguas es que era considerada la sustancia primordial de la cual nace toda la vida. En varios mitos, el agua se presenta como la sustancia de la cual precederá la vida, jugando un papel destructor previo al orden de la creación.


En este caso, quisiera platicarte acerca cómo consideraban los antiguos celtas al agua: más que nada, como principio y fuente de toda la vida para los que habitan la tierra y dependen de su generosidad para conseguir alimentos y sustento. Por lo cual, podemos encontrar la primera de las propiedades que los celtas le atribuían al agua: la de la fertilidad, la fecundidad, la reproducción agrícola pero también la reproducción del ser humano. Los celtas relacionaban íntimamente a las diosas del agua con las de la fertilidad, gracias a sus poderes compartidos como curadoras y fecundadoras, incluso se podría decir que eran las mismas diosas, con las mismas características y cualidades.


Sin embargo, y en otro tipo de connotaciones, el agua aparece como un símbolo cosmogónico, con características medicinales y mágicas de curación, así como una especie de seguro para acceder a la vida eterna: aguas mágicas que se encuentran en las llamadas fuentes de la juventud y que han inspirado innumerables relatos, novelas, poemas, películas, etc., un ejemplo de este tipo de creencia en el alcance de la juventud gracias al agua es el pozo que se encuentra en el bosque de Broceliande en la Gran Bretaña y que es considerado una verdadera fuente de la eterna juventud.


Así mismo, es importante el hecho de que la religión celta también sufrió de severas modificaciones con la llegada del cristianismo aunque en menor medida, ya que el cristianismo mismo adaptó varios elementos, divinidades, conceptos, muchos elementos de la iconografía y la representación e incluso leyendas y mitos de la antigua religión pagana celta a la religión cristiana, por ejemplo, el caso de la diosa Brigit que, y de acuerdo a varios estudiosos, se adaptó a la forma cristiana de Santa Brígida o también, el caso del homólogo de Brigit, Goibniu, a quien el cristianismo beatificó después de atribuirle a su figura la construcción de una Iglesia comenzada por ángeles.


Las deidades femeninas “paganas” siempre han estado presentes, se transformaron con el cristianismo en santas pero sus atribuciones acuáticas, fecundas y maternales han permanecido a lo largo de los siglos.


Creo que es interesante preguntarnos acerca de estas cualidades fértiles que les atribuimos, ¿tú qué opinas?

No hay etiquetas aún.
bottom of page