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Erich Fromm y el arte de amarnos en Cuarentena



Erich Fromm y el arte de amar


El amor no es algo natural, sino que requiere disciplina, concentración, paciencia, fe y la derrota del narcisismo. No es un sentimiento, es una práctica.


~ Erich Fromm.


Este personaje fue un psicólogo nacido en 1900 en Alemania siendo judío, escribe varias obras importantes de la psicología humanista pero nos centraremos en "el arte de amar" de 1956.


Fromm, en este libro habla del amor como un trabajo, un arte, algo que requiere un esfuerzo y práctica, lo compara con oficios dónde nadie espera que el conocimiento y la habilidad vengan solos, hay una preparación de por medio.


Habla también de que el amor es la solución para los problemas sociales actuales ya que lleva a la cooperación y trabajo mutuo sin la pérdida de la individualidad.


Si bien, hay muchos más aspectos en este libro, profundas y explicativas; además de hermosas, centrémonos en las dos anteriores para "el arte de amar en pandemia" y más específicamente "el arte de amar a mis hijos en pandemia"


Así como en estos tiempos estamos aprendiendo nuevas habilidades en línea, practicando nuestros dotes culinarios con tiempo, dedicandonos a hacer ejercicio; así propongo que sea el arte de amar a los hijos en estos tiempos, un proceso, que requiere práctica como el deporte, en el que es posible equivocarnos como con la cocina pero sobre todo que requiere gran interés y deseo de hacerlo bien como aquella clase de dibujo tomada por zoom.


Entonces, sin ánimos de hacer una receta de cocina sobre el amor y sin deseo de hacer una conclusión con las respuestas, propongo las siguientes preguntas reflexivas.


¿Cuántas veces le decimos a nuestros hijos que les amamos al día?

¿Cuántas veces al día se los hacemos saber sin palabras?

¿Cuántas veces nos disculpamos por nuestros errores?

¿Cuánto trabajamos para identificar y cambiar patrones de crianza que no fueron amorosos?

¿Cuántas veces he ejercido violencia sutil o evidente contra mis hijos?

¿Cuánto tiempo dedico a conocerle?

¿Cuánto de mi observación es juiciosa?

¿Cuánto tiempo al día lo dedico a estar plenamente compartiendo con mis hijos?

¿Cuánto trabajo en mi misma/o para ejercer mejor mi rol materno o paterno?

¿Qué tan vulnerable me dejó ser frente a mis hijos?

¿Qué tanto abrazo su vulnerabilidad?

¿Qué tan honesto/a soy?

¿Qué tanto me esfuerzo por aceptar las diferencias de mis hijos?


Ahora, mi propuesta es que escribas tus respuestas con profundidad y detalle, que te observes diariamente y trabajes de acuerdo a tus respuestas en hacerte el y la mejor artista amorosa para tus hijos e hijas.

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