Cómo deseo/imagino la nueva "normalidad"
Rehabilitación
¿Cómo será la “nueva normalidad”?
Esta pregunta conlleva muchas implicaciones porque si en algo nos ha afectado esta pandemia, es precisamente en cada aspecto de nuestras vidas, no sólo en el más obvio de todos: el de nuestra salud.
Es indudable que este virus llegó para quedarse. Sin embargo, en algún momento se encontrará un tratamiento que lo controle, una vacuna que ayude a reducir su impacto tal y como ha sucedido con otras enfermedad virales a lo largo de la historia.
Mientras ese momento llegue, y como dicen por ahí, la vida sigue. El mundo seguirá girando y nosotros a la par de él. Por más que queramos o intentemos, nuestra cotidianidad deberá volver pero, lo hará con muchos cambios a los cuales tendremos que adaptarnos.
El regreso a las aulas escolares, por ejemplo, será un reto para los alumnos, para los padres de familia, para los maestros y las instituciones educativas. Soy de la idea que esta pandemia afectará, ya veremos si positiva o negativamente, a esta generación, sobre todo de los chicos de secundaria y preparatoria, queines están en años formativos clave.
Ahora bien, también están los adultos. Esta pandemia ha puesto a prueba la efectividad del trabajo de oficina presencial, podría plantearse un trabajo híbrido (así como en las escuelas). También, ¿qué podrá hacerse para apoyar a aquellos que perdieron sus trabajos debido a esta emergencia?, ¿cómo se reactivará la economía de una forma benéfica para todos?
Nuestros hábitos cambiarán también. Nuestros hábitos de higiene personal y social, que de por sí ya han ido modificándose en estos meses de cuarentena. Los hábitos de sueño, nuestros hábitos de convivencia.
Sobre todo nuestros hábitos de convivencia. Nos guste o no, somos seres humanos y el ser humano, es un ser social. Y que llegue un agente invisible externo a amenzar esta convicencia, orillándonos a la distancia, es casi una broma de pésimo gusto. Por ello habrá que adaptar esos modos de convivir, replantearnos nuestra forma de socializar y de establecer contacto con los demás. Sí, los mensajes y las videollamadas no son suficientes pero, y al menos por un tiempo, nuestro contacto físico deberá ser limitado sino es que nulo. Eso es tan extraño. Los abrazos y el contacto con otros a veces nos parecen demasiado… más en una sociedad como la nuestra. Ya ves que dicen que los mexicanos somos cariñosos, besos y abrazos por doquier. Esta emergencia sanitaria vino a poner todo esto de cabeza.
Hay que reflexionar también, y mucho, en nuestra relación con la naturaleza y los abusos, la explotación y la destrucción que hemos hecho de ella, ya que esta pandemia es resultado de todo ello. Que no te digan, que no te cuenten. El surgimiento de los virus de nuevas cepas no son creaciones alienígenas o de Bill Gates, sino que surgen como consecuencia del acelerado cambio climático, de nuestro nulo respeto por los animales que consdieramos “salvajes”, del cambio en la temperatura del planeta, del abuso que hemos hecho de los recursos naturales… Creemos que somos dueños de ellos y de los elementos de la naturaleza porque poseemos “inteligencia”, porque sólo nos concentramos en el progreso y el desarrollo brutal y acelerado. Bueno, esa inteligencia, ¿no crees que nos está orillando a la destrucción de todo?
Que esta pandemia sirva también para pensar, no sólo en nuestra rehabilitación personal, colectiva. En la rehabilitación educacional o laboral. Sino también en la rehabilitación que el ser humano debe llevar a cabo con su entorno natural, con el mundo que habita y con todos los demás seres vivos con los que lo compartimos.