La psicoterapia, una aliada para enfrentar nuestros problemas
La psicoterapia, una aliada para enfrentar nuestros problemas
“Las palabras son, en mi no tan humilde opinión, nuestra fuente más inagotable de magia capaces tanto de ocasionar dolor como de remediarlo”
Harry Potter and the deathly Hallows
Todos tenemos la posibilidad de pasar por situaciones que nos resulten conflictivas y que pueden conllevar a un malestar psicológico. Suele pensarse como mito, que las personas que van a terapia “están locas”, sin embargo, consultar implica repensar los medios y las herramientas por las cuales puedo resolver un conflicto que quizás está interfiriendo con nuestras rutinas.
Pero, ¿cuándo es necesario consultar con un especialista?
Las preocupaciones excesivas, el estrés, la angustia, la ansiedad, los problemas con las relaciones o el autodescubrimiento, pueden ser algunos de los motivos por los cuales acercarse a consultar con un psicólogo/a.
Es importante destacar que la ansiedad, la angustia, el miedo o la tristeza son emociones naturales que surgen como forma de acomodarse a una situación externa o interna, es decir, son “normales” y formas de ajustarse, lo cual hace importante poder correrse de patologizar respuestas que son naturales y esperables. Es imperativo poder analizar con qué frecuencia aparecen esas emociones, con que tiempo de duración, si generan malestar clínicamente significativo y si irrumpe en nuestras ámbitos sociales, laborales y familiares.
En principio, será reconocer que necesitamos ayuda. Muchas de las personas que inician con un espacio terapéutico, no lo hacen por demanda propia sino por la insistencia de otros. Luego, con el tiempo ir a terapia se vuelve algo que resulta útil, donde buscar soluciones a los síntomas que nos hacen sentir muy mal, donde debatir las ideas, re-pensar nuestras estrategias para resolver nuestros conflictos externos o internos, hacernos preguntas.
Este espacio y momento de introspección nos permite conocernos un poco más, encontrar nuestro bienestar y empezar a cuestionar esas ideas y mandatos que suelen permanecer rígidamente y que generan mucho malestar. Sumado a ser más consciente de la forma que interpretamos las situaciones y lo que sentimos, permitiéndonos ubicarnos en otro lugar a la hora de vivirlos.
Además, lo que digas en terapia es confidencial y el profesional no te va a juzgar, ya que la idea es generar un vínculo basado en la confianza y la empatía.