Continuación. Fuerza Superior
Una vez que identificamos o ubicamos es Fuerza Superior, la cual nos impulsa a seguir adelante en situaciones adversas, tal vez conviene preguntarse qué oportunidades me ofrece esa Fuerza Superior, precisamente.
Si es el caso de una fuerza asociada a la fe, a la religión, los practicantes de ella tendrán la oportunidad de unirse en comunidad con un conjunto de personas con las que se comparte esa misma fe, ese mismo dogma, que caracteriza a las religiones. Es una idea de comunidad y comunión colectiva que gira en torno a un Dios.
En mi caso, al cual me referí en el texto del mes pasado, mi Fuerza Superior no fue la religión ni la noción de fe o de una creencia religiosa que me condujera hacia la sanación, sino mi red de apoyo-afectiva y por ciertos productos culturales que me mantuvieron en la superficie sin ahogarme del todo (y perdón la metáfora barata).
¿Qué oportunidades me ofreció esa red de apoyo y de afecto? La respuesta más simple y rápida que podría dar es que me ofreció la oportunidad de verme a través de los ojos de los demás. Cómo me veían mis familiares y mis amigos. Ellos veían cosas y particularidades mías que yo, a causa de la depresión, no alcanzaba a ver y que en realidad no quería ver. Es curiosa la forma en la que las personas a nuestro alrededor nos ven, nos perciben. A mí me ayudó a darme cuenta de que tenía una serie de rasgos que en verdad valían la pena cuando en realidad pasé mucho tiempo convenciéndome de que no era así.
Ahora bien, ¿qué oportunidad me ofrecieron esos productos cultuales a los que me aferré con ansias? Creo que la oportunidad de crear algo a partir del dolor. En aquella época, escribí un libro. En él, creo que vacié todo lo que sentía y lo que no sentía. Tomé dos personajes, quienes habitaban en lo más profundo de mi imaginación y les ofrecí mis miedos e incertidumbres, mis esperanzas y anhelos.
Dicen algunos que siempre hay que escribir acerca de lo que conocemos. Pero, por ejemplo, Ursula K LeGuin, una magnífica escritora de ciencia ficción, decía que sí, ella escribía acerca de lo que ella conocía... acerca de otros mundos, habitantes de otros planetas y galaxias lejanas. Ella los conocía a la perfección porque los visitaba constantemente en su imaginación. En mi caso, escribí una historia acerca de dos personas que se encuentran en medio de un contexto caótico, una guerra; habitando un pueblo cerca de una costa de los mares del norte. Nunca he visitado esas playas, no las conozco, pero esta estaba impregnada en mi mente.
Esas son mis Fuerzas Superiores. Tal vez un poco más terrenales pero no menos abstractas que un Dios. Al final del día, somos seres que buscan la abstracción y en ella, o gracias a ella, interpretarnos a nosotros mismos y al mundo que habitamos.
Escritora Isabel Jiménez Miramontes
TW: @IsaJiMir
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