DECIDIMOS PONER NUESTRAS VOLUNTADES Y NUESTRAS VIDAS AL CUIDADO DE DIOS, COMO NOSOTROS LO CONCEBIMOS
La situación actual es compleja, problemas económicos, conflictos políticos, situación económica poco estable, fallecimientos, familias en duelo por la pérdida de uno o más seres queridos, niños encerrados en casa que usan demasiado el internet como distractor y estrategia para manejar el aburrimiento; violencia y separación en los hogares etc. La pandemia ha puesto en evidencia nuestras vulnerabilidades, nos vino a mostrar las cosas que no veíamos. Vino a mostrar nuestra tolerancia al malestar, a la frustración; nuestro control de impulsos; nuestra capacidad para relacionarnos; nuestra capacidad para tolerar el aburrimiento; vino a poner a prueba nuestras dependencias.
Festejamos con la creación de una vacuna a la cual vemos como la esperanza para salir del caos en el que estamos sumergidos; algunos pensamos que cuando estemos vacunados la vida volverá a la normalidad, creemos que cuando la pandemia se haya controlado podremos disfrutar más de las cosas; no es raro escuchar la frase cuando decimos, “estoy aburrido, me he sentido triste, me he estado enfermando más, mi relación no va bien”. Los demás nos dicen “Es normal sentir eso, la pandemia nos ha venido a modificar muchas cosas, necesitamos salir, convivir con nuestros amigos y seres queridos etc.
De algún modo culpamos a la pandemia de las cosas que nos están sucediendo, evadiendo con eso nuestra responsabilidad de lo que nos sucede; y esto no es nuevo, ha sido algo común a lo largo de nuestra historia, culpamos a las guerras, la inflación , los presidentes, etc. Creyendo que si no hubiera pasado tal o cual cosa, la vida sería diferente.
Tal vez la raíz de esta forma de estar, sea la falta de aceptación, no aceptamos lo que estamos pasando como algo que es parte de la vida, y es esa falta de aceptación la que nos mantiene inactivos; algunos nos resignamos y actuamos como si estuviéramos haciendo frente a la situación, sin embargo la resignación es cansada y nos pesa. La aceptación de nuestra realidad nos permite vivirla, sin juicios, sin etiquetas, aceptamos lo que viene con fe, con la firme creencia que lo superaremos. Con la firme creencia que Dios no nos da más de lo que podemos cargar.
Poner nuestras voluntades al cuidado de dios o un poder superior implica tener fe en que las cosas que están pasando es porque así tienen que pasar, tal vez no nos guste pero así es como tiene que ser, así es la vida, no podemos planearla, solo podemos vivirla con la creencia que saldremos fortalecidos.
Poner nuestras vidas y voluntad al cuidado de un poder superior, nos libera de la preocupación, confiamos en que dios o nuestro poder superior quiere lo mejor para nosotros y entendemos que lo mejor no siempre es algo placentero, sino es algo que nos ayuda a crecer como personas, que nos hace mejores seres humanos.
Entendemos que el cuidado no es consentir, no es apapachar, no es siempre tener un abrazo o una palabra de aliento para el otro. La vida, dios, nuestro poder superior nos pone pruebas para fortalecernos, para enseñarnos algo de nosotros.
La filosofía de AA me encanta por esto, porque enseña lo vulnerables que somos, lo dependiente que somos y paso a paso nos va llevando a través de la vivencia a que nos demos cuenta de esto. El objetivo de fondo de esta filosofía considero que tiene que ver con dejar de sufrir, dejar atrás las conductas de rumiación de pensamientos que solo nos generan preocupación e incertidumbre. Pero a su vez nos genera cierta sensación de control, sentimos que algo estamos haciendo, aunque en realidad no se esté haciendo nada. Sin embargo, cuando dejamos las cosas en manos de dios podemos descansar, no porque seamos comodinos, sino porque creemos que dios hará lo mejor que crea para nosotros.
La frase del tercer pasó dice: “DECIDIMOS PONER NUESTRAS VOLUNTADES, NUESTRAS VIDAS AL CUIDADO DE DIOS, COMO NOSOTROS LO CONCEBIMOS.” Es una frase que engloba varias acciones; la palabra DECIDIMOS hace referencia a que la persona esta haciendo algo; tal vez ya paso por muchas cosas en la vida; tal vez ya hizo varios intentos para salir de situaciones o emociones poco agradables y por mas intentos que ha hecho no ha podido salir y asi somos algunos seres humanos, nos resistimos a dejar el control, queremos solucionarlo todo; sin embargo llega un momento en que nos damos cuenta que solos no podemos y es ahí donde buscamos algo superior a nosotros para que nos ayude a salir de donde estamos. Eso es PONER NUESTRAS VOLUNTADES, es decir llega un momento que decimos “ya lo intente y no puedo, ayúdame tu”; ahí es donde empieza el proceso de recuperación cuando dejamos de luchar y pedimos ayuda y lo hacemos con Fe. Esto funciona porque te da esperanza de que las cosas van a estar mejor, es como decir “he llegado al lugar indicado”. A veces ese lugar es la psicoterapia y no porque la psicoterapia sea mágica, sino porque en ella empiezas una relación de confianza que te da esperanzas de que todo va a estar mejor.
Los chinos tienen una frase que dice “si quieres conocer a Dios conoce a tu vecino” es una frase que hace referencia a esta relación que se puede tener con otro ser humano que te ayuda a recuperar la confianza en las personas, que te ayuda a recuperar la fe en la vida. Y en sentido estricto cuando buscamos ayuda, estamos poniendo nuestras vidas al cuidado de alguien más, le estamos dando permiso que nos guíe, que nos ayude a reflexionar sobre nuestras vidas, que nos ayude a entender cómo es que llegamos a donde estamos.
Psic. Geremias Arenas González
4444814938
gerry291181@yahoo.com.mx
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