Reflexiones sobre la voluntad y el deseo.

Hablar sobre la voluntad es una tarea difícil, pensarla ya requiere grandes esfuerzos. A diario observamos a personas con potencial y con recursos, que carecen de una voluntad o “energía” para alcanzar sus objetivos. Se supone que si es lo que queremos y deseamos, tendríamos que ir por ello. Sin embargo, estamos inmersos en tantas contracciones que buscar lo que queremos, es una tarea verdaderamente complicada.

La voluntad representa esa fuerza del yo para dirigir y orientar una acción hacia un objetivo concreto. Sucede que esa orientación suele estar signada, por cuestiones internas y externas, que nos llevan a perder el camino. Podemos proponer pensar a la voluntad como un ejercicio, donde la baja autoestima, los temores, las opiniones y mandatos ajenos, puede llegar a atentar con ella. La búsqueda de alcanzar los objetivos siempre será algo a resolver y en el camino suele haber obstáculos, pensar esto como parte de esa búsqueda, permite corrernos de las idealizaciones y de fantasías irrealizables.

La toma de decisiones siempre se ubica como un eslabón para ir en búsqueda de los objetivos, que implica acciones concretas. Hacerse responsables, y la voluntad podría orientar una planificación hacia aquello que queremos, tener claro esto últimos también será de vital importancia. El dicho dice que el tiempo siempre nos ayuda, pero sin acciones y algo que motorice, no podemos reforzar una autoeficacia por alcanzar objetivos y por haber superado escenarios cargados de obstáculos, escapando de ese sentimiento constante de inferioridad e impotencia al cual nos confronta nuestras sociedades modernas. Ser activos en cuanto a nuestro deseo, es difícil y terrorífico muchas veces, pero termina por ser necesario, luego de tantos rodeos, y a veces, implica jugársela. A este deseo hay que humanizarlo, es decir, orientarlos y cargarlo de significatividad, la voluntad es nuestra aliada para ordenar nuestros deseos. Corriéndonos de la inmediatez que exige el mandato social y darle esa cualidad subjetiva: ser un proceso dinámico y en constante construcción.

Psic. Julio Nicolás Mendez

B.Aires Argentina

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